Al ubicarse el acumulado a noviembre en 2, 99%, la tasa de inflación se ha topado con el rango superior de la meta dispuesta por el BCRP, sentando las bases para que la marca del 2014 se presente como la sexta vez, en los últimos doce años, en la que el ente emisor no logra situar la variación del índice de precios al consumidor dentro de la banda de estabilización prefijada de 1% a 3%. Para economías con pasado hiperinflacionario, acertar dentro del rango sólo la mitad de las veces podría desencadenar expectativas inflacionarias al alza; pero no en el Perú, donde por increíble que parezca, la credibilidad del accionar del BCRP es tan alta, que año a año desde el 2008 las expectativas de los agentes económicos han permanecido ancladas al rango meta del Central, determinando que el efecto de incierta previsión no sea el causante de movimientos bruscos en los precios de la economía. Entonces, si no son las expectativas de los agentes económicos las determinantes de la reciente alza de precios, ¿qué factores vienen determinando la tasa inflacionaria del 2014?
Los precios en una economía responden, además de las expectativas, a tres factores complementarios: (1) las presiones de demanda, (2) la inflación importada, y (3) los shocks de oferta de naturaleza transitoria. En el 2014 éstas «tres madres del cordero» han pegado con fuerza a los precios. En primer lugar, las presiones de demanda se desbocaron merced a un crecimiento económico sostenido pero disonante con las bajas tasas de productividad del país, dando por resultado una preocupante tendencia de la inflación subyacente a sobrevivir durante 41 meses por arriba del rango meta del BCRP, Producto de éste exceso de demanda los precios de los servicios a noviembre crecieron a tasas muy altas (salud 3, 77%, educación 4, 51%, comidas fuera del hogar 4, 19% y alquileres 2, 44%), al igual que los productos industriales no alimenticios (2, 65%). Más del 60% de la inflación 2014 es resultado de presiones de demanda. En segundo lugar, las mal diseñadas barreras para arancelarias, la normatividad regulatoria y la depreciación del nuevo sol no han permitido que el descenso de los precios internacionales de los productos e insumos que el país importa se traslade a los precios al consumidor. La inflación importada, que éste año debió ponerle los paños fríos a la inflación interna, se comportó a la inversa y creció a noviembre 1, 83%, incidiendo en 6, 6% en el resultado de la inflación 2014. Por último, los inesperados shocks de oferta que, aunque transitorios, han sido lo suficientemente fuertes como para golpear con severidad los precios del 2014. Liderando éste acápite tenemos a los inclementes problemas climáticos y de desabastecimiento que determinaron el alza de los precios de las carnes, las hortalizas, las legumbres y las frutas, propiciando que el IPC de alimentos y bebidas creciera a noviembre 4, 50%, una tasa poco antes vista para dicho rubro. Los impactos transitorios representaron casi el 30% de la inflación 2014. El BCRP tendrá durante el 2015 la tarea de mitigar los efectos de éstos tres factores por el bien de la recuperación económica.