El cuadro estadístico que acompaña a esta nota muestra la evolución de los principales recursos pesqueros en los últimos 50 años, de acuerdo a la información oficial, accesible a todo el público en los portales de Produce e Imarpe.
Lo que esta información no muestra es el tamaño de la biomasa de cada recurso, dato que es interesante conocer también.
Desde el punto de vista del análisis para invertir en las áreas de extracción y transformación es determinante contar con buena información científica a fin de determinar el grado de incertidumbre o riesgo y cuáles podrían ser las especies objetivo susceptible de mayor esfuerzo pesquero.
La pesca es aleatoria y discontinua en esencia, debido al alto grado de dependencia de los recursos provenientes de los cambios oceanográficos y de la actividad antropogénica. Hoy en día las implicancias del cambio climático se suma a la incertidumbre en forma más evidente.
Las especies hidrobiológicas son sumamente sensibles a los cambios de temperatura del mar y pueden forzarlas a movimientos migratorios en busca de la temperatura que requieren.
Por tanto, ante la insuficiencia de datos que permitan un análisis sobre el factor de riesgo y de incertidumbre, es probable que invertir en el sector de extracción, del cual derivan las actividades de transformación, no sea atractivo.
Las cifras muestran que solo la pota y la anchoveta concentran prácticamente la principal atención de la actividad sectorial. Sobre el resto de especies no existen, por lo menos en forma abierta y visible, información sobre los volúmenes de biomasa existente ni sobre los límites de captura de las mismas que permitan asegurar sostenibilidad de los recursos y por consiguiente de la extracción. El término “otros”, por el volumen que representa, debería tener un mejor nivel de detalle para conocer de qué recursos de trata.
En este escenario el término de fomento a la pesca, en especial a la artesanal, no debiera entenderse como aumentar la cantidad de pescadores, sino al incremento de la capacidad tecnológica, capacitación y mejoramiento de los desembarcaderos pesqueros artesanales. Ante la ausencia de información científica se debe imponer el enfoque precautorio sobre los volúmenes de desembarque de todos los recursos pesqueros.
Es prioritario que el ente científico disponga de mayores recursos para realizar investigación sobre todos los recursos hidrobiológicos y que los resultados sean hechos públicos y estén fácilmente a disposición de la autoridad administrativa de pesquería, del sector y de los posibles inversionistas.
Sin este tipo de información, el riesgo de invertir en actividades extractivas es alto. El jurel y la caballa no están siendo encontrados en los volúmenes que antes existían, por lo que la industria de CHD está prestando más atención a la anchoveta; pero ¿qué ocurriría si la anchoveta se ausentase de las zonas de pesca tradicionales por efectos del cambio de temperatura?, La situación es tan evidentemente grave, que mezquinar recursos para investigación podría ser fatal para el sector pesquero.
La promoción del consumo humano de anchoveta y pota, mientras exista disponibilidad del recurso se convierte en un imperativo. Pero no solamente para aumentar el volumen de exportaciones. El sector tiene una gran deuda con la población peruana que requiere de alimentación, por lo cual los esfuerzos que el Estado viene realizando son adecuados.
Sin embargo el Estado no puede convertirse en un ente comercializador ni ser el eterno donador de pescado. El verdadero reto consiste en articular la labor de promoción y creación de mercado interno con el sector privado. Entendiendo que el sector privado no solamente es la gran industria sino también el sector artesanal, el cual tiene muchas posibilidades de ser alentado y apoyado para crear microempresas de transformación y comercialización que ocupen ese nicho de mercado.
En este escenario el DS 010-2010-PRODUCE que reglamenta el uso de la anchoveta para CHD debe ser revisado por las limitaciones que impone al desembarque de dicho recurso para el CHD en estado fresco.
La nueva administración de Pesquería y el próximo gobierno tienen un tema importante al cual deben prestar atención prioritaria: la investigación y el adecuado manejo de la anchoveta y la pota que permitan el crecimiento del consumo sin afectar a las biomasas actuales.
Cabe revisar la conveniencia de la mantener vigente el régimen de licencias de pesca para pota concedidas a embarcaciones de bandera extranjera mediante la RM 163-2010-PRODUCE.
La atención que requiere la investigación debe centrarse no solamente en los recursos económicos necesarios, sino en la apertura del ente científico que debe proporcionar información abierta a todos los agentes del sector.
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