Debido al boom de la construcción en nuestro país, las empresas de este sector se han convertido en vulnerables y atractivas ante acciones fraudulentas como el lavado de activos. Entre 2007 y 2014 el lavado de activos movilizó cerca de US$8.207 millones y de las casi 2.400 visitas de supervisión realizadas por la Unidad de Inteligencia Financiera, entre 2008 a la fecha, el 50% correspondieron a empresas del sector construcción e inmobiliario.
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