Los mercados emergentes, que fueron los motores de crecimiento del mundo después de la crisis financiera del 2008, están perdiendo impulso en tanto la manufactura en China se contrae y asoman recesiones en Brasil y Rusia.
En Credit Suisse Group AG, los economistas pronostican que la expansión de los países en desarrollo se desacelerará a 3, 8% este año, la más débil desde el 2009. En contraposición, ven un ritmo de 2, 2% en los países industriales, el más fuerte de los últimos cinco años. Eso dejaría la brecha de crecimiento entre los dos en 1, 6 puntos porcentuales, la más pequeña desde el 2001 e inferior al 2, 5% del año pasado.
Si bien un crecimiento más equilibrado sería deseable, el equipo de Credit Suisse teme que los mercados emergentes sigan descendiendo bajo la presión de la caída de los precios de las materias primas, el alza del dólar y los posibles aumentos de las tasas de interés estadounidenses. Eso podría perjudicarlos lo suficiente como para desatar un nuevo shock deflacionario para todos los demás.
“Un riesgo clave este año es que algunas economías emergentes sufran un accidente financiero o económico suficiente para que la convergencia de las tasas de crecimiento de los mercados emergentes y los desarrollados sea excesiva y mantenga vivos los temores de deflación”, añadió.