Tras el decepcionante resultado del PBI de febrero (0, 9%), el dato de marzo habría sido de 1, 1%, cerrando el primer trimestre 2015 en 1, 2%. Por un lado, los rezagos del fenómeno de El Niño presenciado durante el 2014 y las bajas leyes del mineral incidieron sobre el débil desempeño del sector primario. Por otro, el estancamiento de la inversión pública y privada influyó en el menor dinamismo de los sectores no primarios.
En este sentido, el incremento en la temperatura del clima en el norte del país que ocasionó el retraso de cosechas, así como las leves sequías presenciadas en la sierra del sur, provocaron la caída del sector agro. Por su parte, el impacto recurrente de las Ondas Kelvin desde fines del 2014 ha generado que el hábitat de la anchoveta sea bastante reducido, incidiendo así en una elevada presencia de juveniles, esto provocó la suspensión de la segunda temporada y en efecto, que no los desembarques de los primeros meses del 2015 no puedan ser destinados al consumo humano indirecto. De otro lado, la actividad minera fue afectada por un escenario local desfavorable como la persistencia de las bajas leyes del mineral en Antamina y los conflictos sociales presenciados en el Lote 192 de Pluspetrol que afectaron al sub-sector hidrocarburos.
Respecto a los sectores no primarios, el bajo dinamismo del sector construcción obedeció a: i) el fuerte descenso de la inversión pública producto de indecisión e inexperiencia de las nuevas autoridades regionales y locales; y ii) el estancamiento de la inversión privada determinada por la incertidumbre política. En cuanto a manufactura, el componente primario fue afectado por: i) la baja disponibilidad del recurso pesquero que incidió en la menor elaboración y conservación de pescado, crustáceos y moluscos; ii) la menor fabricación de metales debido a la baja extracción del cobre; iii) el descenso en la producción de cemento ante las menores ejecuciones de proyectos así como por la menor demanda del sector inmobiliario y iv) la caída de la producción textil debido al retraso de la temporada otoño – invierno a causa de los mayores niveles de temperatura del clima.
El segundo semestre será clave. Si bien se esperan resultados alentadores, sería muy pronto hablar de una “reactivación económica”. La recuperación será lenta y avanzará en la medida que el MEF pueda dar celeridad a la ejecución de la inversión pública, un elemento adicional a tomar en cuenta tiene que ver con el impacto que puedan tener los paquetes de reactivación sobre la economía real. Cabe precisar que en este segundo tramo del año, se acentuará el ruido político por ser un año pre-electoral y difícilmente se podrá generar un “shock de confianza” que pueda hacer repuntar la inversión privada.
En relación a los sectores no primarios, se espera que el inicio en junio de las obras de excavación para la Línea 2 del Metro de Lima, así como la modernización de la Refinería de Talara (que a marzo tiene un avance de 8%) y el Gasoducto del Sur- que ya está en plena construcción, contribuyan a mejorar el desempeño de la actividad constructora.
Entre los hechos a tener en cuenta tenemos que el próximo inicio del mes de mayo dará pistas sobre si habrá o no reactivación de la confianza del consumidor, y por ende la posibilidad del despertar de los sectores comercio y servicios. En el rubro de los sectores primarios, la magnitud de El Niño determinará lo que suceda con agro y pesca, mientras que la recuperación de la actividad minera avanzará en la medida en que logren atenuarse los problemas de las bajas leyes del mineral en Antamina y de si Toromocho llegue o no a alcanzar su máxima capacidad de producción.