El próximo 28 de agosto, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), definirá la magnitud que tendrá el Fenómeno El Niño en el Perú.
Sin embargo, se avizora que su dimensión en el sur sea fuerte o extraordinaria. Se prevé que en setiembre ondas de calor procedentes del oeste del océano calentarán nuevamente el mar, modificando el comportamiento del fenómeno, que a la fecha era moderado.
Grinia Ávalos, directora climatológica del Senamhi, indicó que en el sur no se dan señales claras del impacto que generará El Niño, pudiéndose presentar dos escenarios previsibles.
El primero de lluvias intensas que ocasionarán desbordes e inundaciones, y el segundo de sequías que afectarán las actividades agrícola y ganadera.
Por otro lado, las estimaciones de la Autoridad Administrativa del Agua Caplina – Ocoña, señalan que lo más probable es que la nueva edición del fenómeno traiga consigo sequías, repitiéndose el escenario de los años 1997 y 1998, cuando El Niño ocasionó un déficit de precipitaciones en el sur.
Isaac Martínez, director de la autoridad administrativa, indicó que se evalúa reducir la cantidad de agua que se descarga de la represa Aguada Blanca de 10 a 9 metros cúbicos por segundo. Con esta medida se espera garantizar el recurso hídrico para la campaña presente y tener reservas para el 2016.
Por otro lado, el director regional de Agricultura de Tacna, Jorge Ortiz, advirtió que en la región se podría producir huaicos que pondrían en riesgo a más de diez distintos sectores de la ciudad y la sierra tacneña.
Advirtió que en la provincia de Jorge Basadre más de cinco anexos están ubicados al pie de quebradas secas; sin embargo, si se dan intensas lluvias, estás podrían ser arrasadas por huaicos. “Si el fenómeno sucede tal como se está pronosticando, Tacna va a ser una catástrofe, por eso nos estamos preparando”, dijo Ortiz.