El crecimiento económico en China se desaceleraría a 6.5% el próximo año y a 6.2% en el 2017, dijo la OCDE, al sugerir que los responsables de las políticas tendrán que esforzarse en momentos en que el gigante asiático se prepara para un menor crecimiento. El reporte semestral de panorama económico publicado el lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que las medidas de estímulo fiscal de Pekín no son sustentables en el largo plazo ya que corren el riesgo de desplazar la necesaria inversión privada.
“Las medidas fiscales adicionales impulsarían el crecimiento a corto plazo a expensas de crecientes desequilibrios y el desplazamiento de la inversión privada”, dijo el reporte.
La OCDE, que espera que la economía de China crezca 6.8% este año, también destacó que los costos reales de los préstamos han seguido en aumento en medio del persistente declive de los precios en fábricas, lo que está reduciendo las ganancias de la empresas y elevando sus cargas de deuda.
La segunda economía del mundo se expandió un 6.9% en el tercer trimestre respecto al año pasado, el ritmo más débil desde la crisis financiera global, afectada en parte por una menor inversión y alentando al banco central a reducir las tasas de interés por sexta vez en casi un año. Además de la flexibilización monetaria, el gobierno ha estado intensificando el gasto fiscal para impulsar la inversión en infraestructura en un esfuerzo por limitar la desaceleración económica.
El presidente Xi Jinping ha referido que China debe mantener un crecimiento promedio anual no inferior al 6.5% en los próximos cinco años para alcanzar el objetivo del país de duplicar el producto interno bruto del 2010 y el ingreso per cápita al 2020. Para el 2015, el Gobierno tiene un crecimiento económico objetivo de casi un 7%, que sería el más débil en 25 años.