El ciudadano peruano merece un ambiente sin contaminación, una mejor participación en la renta de la industria pesquera y políticas públicas que faciliten y estimulen la generación de una mayor oferta de pescado a precio accesible, especialmente para las familias de menores recursos.
Dado que se estima en, aproximadamente, 500 mil las personas que de una u otra manera tienen relación laboral o comercial (incluida la gastronomía) con la pesca en general, planteo un enfoque desde la perspectiva de los 29 millones 500 mil ciudadanos peruanos que no tienen ningún interés ni relación laboral o comercial en el negocio pesquero; pero que son los propietarios legítimos del recurso. El enfrentamiento por la anchoveta es un tema que al ciudadano NO pesquero no le importa. La oferta política para el sector pesquero, desde la óptica del ciudadano, debe ir más allá de los aspectos puramente biológicos, pesqueros y confrontacional para enfocarse en la recaudación tributaria, derechos de pesca, canon pesquero, contaminación y mercado interno (seguridad alimentaria).
Este es el enfoque con el cual el ciudadano NO pesquero, o sea la mayoría de la ciudadanía, debe juzgar las ofertas electorales que están por aparecer. Los recursos naturales no son un bien privado de los pesqueros y pescadores. Son un bien público y nos pertenecen a todos, por tanto el público objetivo de la oferta electoral y de las políticas públicas, deben ser las mayorías y no solamente las minorías.
La forma de buscar votos en una elección, a través de ofertas y promesas plasmadas en planes de gobierno, ha perdido credibilidad porque no hay obligación de cumplir lo prometido ni forma alguna de sancionar su incumplimiento. El ciudadano elector carece de medios para reclamar una vez que ya fue embaucado y contabilizado su voto. Algunos dan un aporte en dinero para la campaña al candidato de su preferencia, o a todos, por si acaso. Creo que nadie da dinero a cambio de nada, sino que negocia y/o espera un beneficio del ganador que rentabilice su aporte. No creo en la generosidad para apoyar una campaña política. El candidato ganador tiene que estar, de alguna forma, comprometido a cumplir compromisos con sus inversionistas mas no así con sus electores. El verdadero hacedor de la victoria electoral, el ciudadano que emite su voto, no tiene derechos ni medios de reclamo.
La oferta de que haya mayor consumo de pescado, que además resulta tan caro que es inaccesible para las mayorías, es poco seria y debe ser descartada. No hay información científica que permita conocer las biomasas de las especies objetivo del consumo humano capturadas por la pesca artesanal, que es la que abastece al mercado interno, que garanticen una pesquería sostenible. Aumentar el esfuerzo pesquero sin medida, es irresponsable.
Ese es el contexto en el cual debe trabajar el Estado. Debe priorizar las necesidades y derechos de las mayorías y no colocar en agenda solamente los problemas de las minorías. El hecho de que los 29 y medio millones de ciudadanos no interesados en el enfrentamiento pesquero y por la anchoveta, no accedan a los medios a reclamar ni exigir nada, no justifica que sean relegados y olvidados por el gobierno en ejercicio, ni por las campañas electorales.
Marcos Kisner Bueno
El enfoque ciudadano muestra que se puede dejar a otras organizaciones la pelea por la protección de la anchoveta. Más bien, amable lector que no participa en el negocio de la pesca, debiera preocuparse por su participación en la renta pesquera, ya que es el propietario del recurso que está siendo explotado por un pequeño grupo de ciudadanos, los cuales lucran con un recurso natural que, es gratis para unos y muy barato para otros.
Porque… ¿acaso más anchoveta en el mar significa más comida para la población nacional? Teóricamente es más comida para otros peces; pero… ¿acaso hay más pescados en abundancia en el mercado y a precios accesibles para todos los sectores económicos? ¿acaso existen hoy programas sociales que lleven anchoveta o pota a las poblaciones más vulnerables?
No hay nada de eso.
Comer pescado se está volviendo una exclusividad de los menos que pueden pagarlo mientras que la desnutrición infantil y el hambre de los más, no está siendo combatida con pescado. A nadie le importa. Solo está importando cuidar la anchoveta; pero ¿para quién?
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería.
Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a ENERO 2016 y a compartirla en sus círculos y redes sociales.
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