El Banco Central Europeo recortó el jueves las tasas de interés para impulsar la economía de la zona euro, sorprendiendo a los mercados financieros al reducir su principal tasa de refinanciación a cero desde 0, 05%.
El BCE también expandió su programa de compras de activos a 80.000 millones de euros por mes desde € 60.000 millones. El BCE rebajó además su tasa de depósitos, con la que cobra a los bancos por atesorar su dinero, para adentrarla aún más en territorio negativo. El euro caía alrededor de 1% frente al dólar tras los anuncios.
Aparte, con la esperanza de alentar el crédito, el consumo y la inflación, el banco dijo que también comenzaría a comprar deuda corporativa y lanzaría cuatro nuevas rondas de paquetes de préstamos baratos, que los bancos deberían extender a la economía real.
Las compras de títulos públicos y otros activos por parte del BCE, por € 700 millones en el último año, sirvieron de poco para impulsar la actividad, en momentos en que el desplome de los precios de las materias primas reducía el efecto de la “flexibilización cuantitativa” del organismo monetario.
Eso genera riesgos de que se pierda fe en el compromiso del banco con su mandato. La inflación ha estado debajo de la meta de casi 2% del BCE por tres años y probablemente siga así por más tiempo.