El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo sus previsiones de crecimiento mundial para el 2016 a 3, 2%, debido a la incertidumbre creciente y riesgos que aún permanecen en la economía.
En esta proyección se observa un recorte de 0, 2 puntos porcentuales con relación a la previsión del mismo FMI en enero del presente año. Para el 2017, el FMI proyectó un crecimiento mundial del 3, 5%, también con recorte de 0, 1 puntos porcentuales sobre la expectativa manifestada en enero.
En su nuevo informe, el FMI resaltó que el desempeño de la economía mundial ha sido «demasiado lento por demasiado tiempo», y formuló un alerta frente al fortalecimiento de los riesgos financieros y políticos que dejan a las perspectivas de crecimiento en una situación «frágil». Dicho informe muestra el tercer reajuste a la baja consecutivo promovido por el FMI sobre las posibilidades del crecimiento global.
Dentro de las preocupaciones más graves expresadas por la institución financiera destacan el llamado Brexit, la eventual salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, un paso que según el FMI causaría «severos daños», tanto al bloque como a la economía global.
Pero, para el FMI la otra gran preocupación es la verificación de inestabilidad financiera, un fenómeno que está afectando directamente la confianza y las demandas de las economías afectadas.
El economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, destacó en la presentación del nuevo informe que desde mediados del año pasado «hemos visto dos distintas rondas de turbulencia financiera global».
Entre las principales economías del mundo, apenas China tuvo una revisión al alza, aunque el FMI destacó que el gigante asiático se encuentra en una transición hacia un crecimiento sostenible «basado en el consumo y en los servicios».
Acerca de las llamadas economías emergentes, el FMI indicó una tendencia a la contracción, especialmente en Rusia y en Brasil, con la característica particular que en el caso de Brasil la recesión viene de la mano de una severa crisis política.