La sorprendente victoria del candidato republicano Donald Trump ha generado una ola de incertidumbre sobre el futuro del comercio mundial que se refleja en la volatilidad de los mercados financieros. El tono conciliador adoptado por el presidente electo en sus primeras presentaciones contrasta con la postura agresiva exhibida durante la campaña presidencial. Es difícil saber si Trump cumplirá sus promesas de campaña en las áreas de comercio exterior, inmigración e impuestos. En esta entrega analizamos el impacto que tendrían en la economía peruana la implementación de estas promesas.
En el área de comercio exterior el plan de gobierno de Trump (“7 Point Plan to Rebuild the American Economy by Fighting for Free Trade”) conlleva un mensaje proteccionista e incluye la no aprobación del acuerdo transpacífico (TPP), renegociar el NAFTA, e imponer tarifas arancelarias de 35% a los productos provenientes de México y 45% a los de China.
En el área de inmigración (“10 Point Plan to Put America First”) el plan de Trump contempla limitar la entrada de inmigrantes, construir un muro en la frontera con México y hacer que los inmigrantes paguen su construcción imponiendo tasas adicionales al envío de remesas y otorgamiento de visas.
En el área de impuestos (“The Trump Tax Plan”) el plan contempla reducir el impuesto a la renta de las empresas de 35% a 15% y reducir las tasas de todas las categorías del impuesto a la renta de personas naturales.
La propuesta de Trump es el cambio más radical de política económica propuesto desde la época de Ronald Reagan. La ventaja de Trump sobre Reagan es que los Republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, cosa que Reagan no tuvo. Adicionalmente el plan de Trump plantea el inicio de un masivo programa de inversión pública en obras de infraestructura y gastos de defensa.
¿Cuál sería el impacto de estas medidas? El primer impacto sería un mayor precio de los productos importados en EEUU por la elevación de las tarifas arancelarias que se traduciría en una mayor inflación y en una elevación de las tasas de interés. En los próximos años el comercio mundial sufriría una mayor desaceleración de la que ya viene experimentando. Si a las propuestas proteccionistas de Trump le sumamos el impacto del Brexit y de la ola proteccionista que recorre el mundo, podríamos llegar a tener una retracción del comercio mundial en los próximos años con un impacto sobre el crecimiento del PBI y el empleo a nivel mundial.
Estudios econométricos estiman que el comercio mundial podría caer entre -0.1% y -0.3% en 2017 y entre -1.5% y -2.4% en 2018 para comenzar a normalizarse a partir del 2019. De cumplirse estas estimaciones el impacto sobre el PBI y el empleo seria devastador pudiendo devenir en un escenario de recesión mundial si se desatan medidas de represalia comercial por parte de los países afectados que se traducirían en una guerra comercial abierta.
México y China serían los países más afectados por las políticas proteccionistas de Trump. Sin embargo, estas medidas también afectarán a la economía estadounidense. El incremento de aranceles aumentará precios y disminuirá el poder adquisitivo de la mayoría de los americanos. La reducción de impuestos beneficiará mayormente a contribuyentes de mayores ingresos y no será suficiente para compensar el aumento de precios que afectará a la mayoría. El mayor gasto en obras de infraestructura y la reducción de impuestos incrementara el déficit y la deuda pública americana con el consecuente incremento de las tasas de interés de los bonos americanos.
¿Cómo afecta este escenario a la economía peruana? Si bien México no es el principal destino de nuestras exportaciones, China y los EUA si lo son (ver Gráfico 1). Una reducción del 2.4% del comercio mundial y que en el caso de China seria seguramente mayor, tendría un efecto significativo en las expectativas de crecimiento del PBI peruano para los próximos 5 años. El impacto inmediato se daría sobre el tipo de cambio y las tasas de interés. El Banco Central tendrá que ajustar su política monetaria para evitar un descontrol de las expectativas inflacionarias. No obstante, las posibles caídas en los volúmenes de exportación causadas por el menor crecimiento económico mundial, podrían ser compensadas, al menos en parte, por los mejores precios de los metales, causados por la búsqueda de refugio de los inversionistas y por eventuales inversiones en infraestructura en EEUU.
El mayor impacto se daría sobre las cuentas fiscales y el nivel de la deuda pública. Si el gobierno insiste en sus metas de crecimiento del 5% anual y mantiene su intención de bajar los impuestos y elevar los gastos será muy difícil mantener el déficit fiscal bajo control. Las recientes declaraciones del ministro de economía en el sentido de que el país “debe confiar en sus fortalezas” y de que “tenemos todos los instrumentos como para poder repeler este tipo de volatilidad en los mercados” es un mensaje dirigido a mantener la calma de los agentes económicos pero no es realista. El acuerdo transpacífico (TPP) está muerto y la continuidad del TLC del Perú con EEUU no está garantizada. La verdad es que se nos avecina una tormenta. Ante este escenario es necesario replantear el programa económico tanto en sus metas como en las medidas planteadas. No hacerlo sería temerario.
La mayoría de analistas locales se han concentrado en explicar las razones de la inesperada victoria de Donald Trump. Inclusive varios se han aventurado a mencionar las oportunidades que se presentan para la economía peruana. El Perú no es una isla inmune a los acontecimientos mundiales. No nos podemos aferrar a la idea de que Trump finalmente no hará lo prometido en la campaña presidencial. Es hora de iniciar un debate de como replantear el programa económico en vista de los acontecimientos de esta semana.