En septiembre de 2016 el MEF, mediante decreto supremo, estableció medidas extraordinarias para limitar el gasto en lo que quedaba del año pasado, con el fin de cumplir las metas fiscales previstas en el Marco Macroeconómico Multianual 2017 – 2019 (MMM). En esta entrega analizamos los resultados del ajuste fiscal practicado el año pasado y sus implicancias sobre el crecimiento de la economía y el presupuesto para el próximo año.
El objetivo del MEF fue reducir el déficit fiscal anualizado, que desde septiembre 2015 a agosto 2016 había representado 3.4 % del PBI, a menos de 3.0 % del PBI de enero a diciembre 2016. En el Gráfico 1 se presenta la evolución del déficit económico del sector público anualizado para el periodo 2014 – 2016. Observamos que el déficit anualizado fue reducido de más de 20, 000 millones de soles hasta agosto a menos de 17, 500 millones de soles al cierre del año fiscal, es decir un ajuste de más de 2, 500 millones en el último trimestre de 2016. Con este ajuste se cumplirá el objetivo de que en el 2016 el déficit fiscal no exceda el 3 % del PBI. Las cifras definitivas deberán aguardar a la publicación del INEI a principios de febrero próximo.
¿En qué rubros se realizó el ajuste fiscal? Dado que los ingresos tributarios continuaron deprimidos el ajuste fiscal se dio por el lado del gasto. Los gastos más afectados fueron las inversiones y el gasto en bienes y servicios. El rubro remuneraciones por el contrario experimentó aumentos como consecuencia de los compromisos asumidos por el Gobierno en el sector seguridad. En el Gráfico 2 se observan los ajustes realizados en el último trimestre del 2016 en los principales componentes del gasto.
Como era de esperar el gasto en personal y obligaciones sociales (sueldos) no sufrió ajustes y por el contrario continuó creciendo con respecto al 2015. Este rubro es el que presenta el mayor reto para el presupuesto del 2017. De continuar con la tendencia observada en el 2016 el gasto en este rubro superará al de bienes y servicios, situación que no se registra hace más de 25 años (primer gobierno de García). El aumento excesivo de personal en los programas asistencialistas es la principal causa de este crecimiento exponencial del gasto en personal.
El gasto en bienes y servicios ha sido el rubro que ha registrado el mayor ajuste. Dentro de este rubro, el componente de gastos de transferencias y otros gastos corrientes es el que ha sufrido la mayor reducción. En este componente figuraban partidas extraordinarias que se programaron para disminuir el impacto del Fenómeno El Nño. La no ejecución de estas partidas ha significado un ajuste de más de 2, 500 millones de soles.
El rubro de inversiones también ha registrado un ajuste significativo especialmente en el mes de diciembre equivalente a más de 1, 000 millones de soles. Sin embargo, este ajuste se habría logrado con una postergación de la ejecución del gasto más que con una cancelación de la inversión. Lo anterior tendrá repercusión sobre la ejecución del presupuesto de este año.
El ajuste de más de 3, 500 millones de soles en inversiones y bienes y servicios tendrá un impacto directo en el ritmo de crecimiento de la economía en el último trimestre del 2016. Sin embargo, contribuirá a reforzar la imagen de país con responsabilidad fiscal y por ende en la percepción de riesgo por parte de las clasificadoras responsables de definir el grado de inversión del país.
El ajuste implementado en el último trimestre de 2016 debería servir de base para reestructurar el presupuesto de 2017 a fin de limitar el gasto corriente y priorizar el gasto en capital, para de esta manera mejorar la efectividad y eficiencia del gasto público. Los casos de corrupción manifiestos en el gasoducto del sur, en la construcción de la Línea Dos del Metro y en otros proyectos representativos significarán una postergación de la ejecución de estas obras. En este contexto, se hace necesaria la puesta en marcha de un plan B que contemple el reemplazo de las obras cuestionadas por nueva inversión productiva.
Los resultados alcanzados en el 2016 en términos de reducción del déficit fiscal indican que la decisión del Gobierno de priorizar la prudencia fiscal sobre el objetivo de maximizar la tasa de crecimiento del PBI, fue la correcta. Resta saber si la lección aprendida en el 2016 servirá de base para la restructuración del presupuesto del 2017. El anuncio de la postergación de la reducción del IGV hasta mediados del 2017 es un reconocimiento de que la recaudación tributaria no marcha de acuerdo a los planes del Gobierno. El reemplazo de las categorías altas del RUS por un nuevo régimen tributario para las mypes más parece un intento de aumentar la recaudación del IGV que de fomentar la formalización de la economía.
El crecimiento sustentado del PBI sólo se logrará con la recuperación de la inversión privada. Se requieren tres factores para lograr el crecimiento de la inversión privada y especialmente la inversión extranjera: (i) cuentas fiscales y marco monetario sólido y transparente; (ii) marco laboral flexible; (iii) sistema judicial y marco regulatorio justo y eficiente. Lamentablemente se ha perdido una oportunidad para utilizar las facultades delegadas al Ejecutivo para avanzar en estos factores a fin de asegurar la recuperación de la inversión privada y el crecimiento económico.