Para efectos de la investigación y desarrollo tecnológico, en el Perú se han desarrollado entidades que existen gracias a la cooperación internacional, de una manera casi fortuita y no por efecto de un debido planeamiento derivado de una necesidad.
El ITP y el CEP Paita se crearon gracias a la cooperación de Japón. El BIC Humboldt se tiene gracias a la cooperación alemana, y el IMARPE proviene de cooperación técnica de FAO.
En líneas generales, el Perú por su condición de país en vías de desarrollo ha sido sujeto de mucha cooperación técnica en pesca. Si bien es cierto que la ayuda en forma de cooperación era generosa, no podemos dejar de especular que detrás hubo también interés por privilegios en cuando a permisos de pesca y otros. El hecho es que desde entonces no ha crecido la oferta tecnológica en forma orgánica, sostenida y con recursos propios.
Probablemente fue válido hasta hace algunos años esperar todo, o casi todo, de la cooperación internacional; pero desde que el Perú se convierte en el país pesquero con los desembarques más grandes del planeta y en la segunda pesquería del mundo, es momento de dejar de depender de la ayuda externa porque podemos disponer de nuestros propios recursos financieros si administramos mejor la pesquería.
Incluso, la construcción de los desembarcaderos pesqueros artesanales proviene de préstamos y cooperación internacional. Hoy estas instalaciones requieren de nuevas tecnologías y de innovación en sus procesos, pero no se aprecia oferta para atender esta necesidad. Y ya no somos sujetos de cooperación internacional por estar considerados como país de renta media. Una consecuencia del crecimiento económico de los últimos años.
Con exportaciones anuales promedio de 3 mil millones de dólares, el Perú ya no está en el mismo escenario que hace veinte años como para pensar en la cooperación o el financiamiento externo para impulsar el desarrollo tecnológico del sector.
Una mejor participación del Estado en la renta de la industria debe permitir el financiamiento de un plan estratégico de largo plazo con la I&D+i como componente importante. Pero tiene que pagarse eventualmente. ¿Quién proveerá los recursos para el pago? ¿El tesoro público con los impuestos de todos los peruanos? Si así fuese ¿cuál es el beneficio obtenido por la ciudadanía que justifique el pago correspondiente? Por lo menos el beneficio debiera ser un mayor acceso a productos pesqueros de calidad, de precio accesible para las mayorías y un mercado interno en igualdad de condiciones de competitividad que el mercado externo
Siendo que toda innovación o avance repercute en una mejor calidad de producto y en mejor rentabilidad para la empresa privada, se presume como razonable que la participación de la industria a través de una contribución equitativa de los derechos de pesca, daría sostenibilidad a la I&D+i. Le compete al Estado ser el promotor y el articulador. En ese sentido se ha gestado el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a ABRIL 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.
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