El FMI elevó su estimación para el crecimiento de China en 2017 a un 6,6% desde el pronóstico de 6,5% que presentó en enero. Para 2018, la previsión de crecimiento se revisó a 6,2% desde 6,0%.
Indicó, además, que China había logrado algunos avances en la reducción de su sobrecapacidad en producción industrial, pero destacó que la economía aún depende de los estímulos del Gobierno y de una expansión acelerada del crédito para mantener su crecimiento.