Cambio de rumbo

El presidente Pedro Pablo Kuczynski, acaba de declarar al diario El País que su objetivo es atraer grandes empresas constructoras españolas al Perú, para reemplazar a las empresas brasileñas involucradas en el escándalo Lava Jato. Con estas declaraciones PPK pasa por alto que esas empresas constructoras también están involucradas en escándalos parecidos al Lava Jato[1], ahuyentando así a empresas constructoras serias provenientes de otros países, que ahora imaginarán que el Perú es un país en el que todo cambia para que nada cambie.

De hecho, desde su discurso de 28 de julio de 2016, PPK ha convertido en piedra de toque la necesidad de ‘pasar la página’ y ‘tragarse el sapo de una vez’, en alusión a la corrupción reinante en el Perú. De hecho, el ex presidente Toledo sigue prófugo y no se observan pasos firmes para lograr su comparecencia; esa página negra parece estar volteada y de cabeza[2]. De otro lado, si bien el gobierno tuvo que dar marcha atrás a regañadientes en la concesión del aeropuerto de Chinchero al consorcio Kuntur Wasi, allegado al entorno de PPK, ha anunciado que le pagará los costos en los que ha incurrido y, además, le ‘comprará’ el estudio de ingeniería. Habrá que estar atentos a la cifra que acuerden las huestes de PPK y de Kuntur Wasi, para voltear esta página que todavía puede tornarse color hormiga.

Otra página (vinculada a la anterior) que el gobierno necesita voltear, es la de la grabación en la que se escucha al ministro de economía, Alfredo Thorne, decirle al Contralor Edgar Alarcón, que PPK está dispuesto a firmar una ampliación presupuestal requerida por la contraloría, si es que a su vez ella emite un informe favorable a la adenda del contrato de concesión del aeropuerto de Chinchero a Kuntur Wasi. Si bien hay aparente asidero en los cuestionamientos al contralor por supuestas irregularidades en las que habría incurrido al dedicarse a un negocio familiar de compra y venta de autos, el cargamontón mediático contra él no ha logrado soslayar la gravedad de ese aparente acto de chantaje y tráfico de influencias protagonizado por un ministro de estado.

Por lo demás, la economía peruana sigue sin un rumbo claro. Los grandes proyectos de inversión siguen trabados, la inversión pública estancada, la inversión privada nacional en caída libre. Salió Humala y entró Kuczynski con su ‘gobierno de lujo’ que no da fuego. Atrás quedó la ‘Revolución Social’ anunciada por PPK el 28 de julio pasado, en palabras a las que hoy él mismo se refiere ante el diario El País como “un poquito poéticas”.

Sin embargo, la desazón reinante no sólo afecta al gobierno. También mancha a la oposición en el congreso, por su falta de visión de futuro, su desidia por forjar reformas estructurales y suplir la abulia del gobierno para emprender una verdadera ‘Revolución Social’. La población aguarda cambios y un liderazgo capaz de devolverle la fe en el futuro; sobre todo aguarda un alto a la corrupción, avalado con el ejemplo; algo que hoy no asoma ni por el lado del ejecutivo ni del legislativo. Es necesario romper este círculo vicioso de inacción y desesperanza, sea anunciando un nuevo gabinete independiente y alejado del lobbysmo, o introduciendo un shock de liderazgo en la oposición. De lo contrario, se está abonando el terreno para una asonada anarco-izquierdista en las regiones y una cosecha electoral populista en 2021. Todos advertidos.

 

[1] En mi artículo “Competencia o Monopolio entre Empresas Constructoras”, publicado en Alerta Económica del lunes 5 de junio, doy cuenta de diversos casos de corrupción que comprometen a grandes empresas españolas en América Latina e incluso en su país de origen.

[2] Llama la atención que el gobierno haya ofrecido 100 mil soles de recompensa al que ayude a dar con el paradero de Toledo, cuando todos saben dónde se encuentra.