Al tomar las riendas de la cartera de economía, el premier Fernando Zavala, recibe una verdadera papa caliente: una economía semi paralizada, grandes proyectos de inversión trabados, inversión privada nacional e inversión pública en decrecimiento récord, un déficit fiscal que tiende a rebalsar el 3% del PBI hacia fines de 2017 y, para colmo, una ola de paros de maestros, que puede extenderse como reguero de pólvora desde Puno, Cusco y Tacna hacia el resto del país.
En el contexto harto complicado reinante, retener en simultáneo el cargo de premier puede ser una limitante para que Zavala pueda hacer una buena faena con la política económica del país. Ese sacrificio revela que el dobleteo de Zavala fue una jugada instintiva de PPK para salir del paso, pensando en que sólo pernocte hasta julio en Jirón Junín 319, para luego cederle la posta a otro de su círculo de confianza.
Sin embargo, no hay en sus filas más aspirantes idóneos para sentarse en el sillón de Hipólito Unanue, mientras que traerse a otro amigo de la banca internacional sería riesgoso, por ser el Perú un laboratorio ajeno y complejo para un foráneo. Por ello, no extrañaría que Zavala terminara quedándose en el ministerio de economía, y que pase a ceder el premierato a un político profesional, con ñeque para manejar crisis y masajear a la oposición; alguien como Antero Flores Araoz o Máximo San Román. Tal podría ser un paso en la dirección de contar más adelante con un gabinete de personalidades independientes o provenientes de otras tiendas políticas, para conformar un gobierno de unidad nacional.
Para desempeñarse como ministro de economía, Zavala tiene a su favor su anterior experiencia como ministro y vice ministro de economía, que lo faculta para entender mejor las complejidades de la hacienda pública y el entramado de relaciones con el congreso, las regiones y demás instancias del Estado peruano. Por tanto, podrá actuar más rápido y sin rodeos.
Entre las muchas sugerencias que a Zavala pudiera convenirle tener en cuenta, me atrevo a lanzar las siguientes:
- Reduzca el número de objetivos de corto plazo, para focalizar el accionar del día a día en destrabar los grandes proyectos mineros y de infraestructura.
- Realice ajustes al sistema de gestión de la inversión ‘Invierte.Pe’, apuntando a lograr un régimen de ‘cero adendas’ en los contratos de concesión, tomando como modelo las experiencias de Gran Bretaña y Canadá.
- Reúnase mensualmente con los gobernadores para acordar y gestionar un programa de inversión descentralizado.
- Transfiera recursos y empodere a los gobiernos regionales para que ejecuten la mayor parte del presupuesto de inversión.
- Realice una auditoría de los proyectos de Refinería de Talara y Gaseoducto del Sur, y tome la consiguiente decisión de redimensionarlos.
- Busque que la contratación de empresas concesionarias y contratistas tengan un récord de experiencias con “cero adendas”.
- Anuncie que ya no se reducirá el IGV, para eliminar ese factor de incertidumbre del cálculo económico a mediano plazo de las empresas.
- Reduzca las exoneraciones tributarias para elevar la recaudación fiscal.
- Dialogue permanentemente con empresarios y trabajadores de los principales sectores, entorno a una agenda de eliminación de barreras burocráticas y mejora de la productividad y la competitividad.
- Dialogue periódicamente con los mejores expertos del país y organice con su participación círculos de innovación en temas relevantes a mediano plazo.
- Retome las evaluaciones de los Programas Presupuestales por Resultados, para elevar la eficiencia de la ejecución presupuestal y la calidad de la gestión pública.
- Cree una Ventanilla Única de Inversión, que sea el canal online para brindar transparencia de información a los inversionistas privados sobre el estado de la cartera de proyectos, y para monitorear en tiempo real el proceso de inversión en todas sus etapas, articulando a todas las partes involucradas.
- Cree una Ventanilla Única de Prevención y Gestión de Desastres Naturales, que funcione como canal online para coordinar en tiempo real la ejecución de proyectos de prevención, la logística de entrada y entrega final de la ayuda, la gestión de de la emergencia y la reconstrucción.
- Desarrolle un sistema nacional de planificación de carácter territorial y participativo, para darle racionalidad y consistencia a las decisiones de inversión sectoriales y regionales.
- Valore, escuche y empodere a los funcionarios del MEF, para que trabajen en equipo y comprometidos en alcanzar objetivos concretos bajo su liderazgo.
Fernando Zavala no está para andar entreteniéndose en revanchas con el fujimorismo o con el contralor. En vez de manejar mirando el retrovisor y -parafraseando a “Zavalita” en Conversaciones en la Catedral- preguntándose “en qué momento se jodió el gobierno”, el premier-ministro de economía debería imprimir un acento ejecutivo a su gestión desde el saque, construyendo un discurso claro, que contagie de optimismo y permita avizorar la luz al final del túnel.