El presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, anunció esta semana la recepción del Plan de Reconstrucción con Cambios que implica una inversión de S/ 23,338 millones y que se espera que genere 150,000 nuevos empleos formales. Aunque el plan aún no ha sido aprobado, el director de la Autoridad de Reconstrucción con Cambios (ARCC), Pablo de la Flor, ha iniciado su divulgación en las regiones de Piura y La Libertad. En esta entrega analizamos algunos aspectos estratégicos del plan de reconstrucción y sus posibles impactos sobre la economía en los próximos años.
En el Tabla 1, presentamos la distribución de los recursos para la reconstrucción por región según lo anunciado por el presidente de la ARCC. Las regiones de Piura con S/ 6,656 millones y la de La Libertad con S/ 4,150 millones, serán las regiones que recibirán la mayor cantidad de recursos (casi el 50% del monto total presupuestado para la reconstrucción). Las obras de reconstrucción se realizarán en los sectores de agricultura, transporte, salud, educación, y en las áreas de mitigación, reconstrucción, y prevención. El plan de reconstrucción ha sido elaborado en base a la información de necesidades de reconstrucción proporcionada por las autoridades de los distritos y provincias y los gobiernos regionales.
La versión preliminar del plan, ya que este aún no ha sido aprobado, presenta tres deficiencias que esperemos puedan ser subsanadas antes de su aprobación final. La primera deficiencia es que ha sido elaborado con criterio regional y sectorial y no con un criterio de cuenca. Cada cuenca tiene una problemática propia que un enfoque regional o sectorial no tiene condiciones de resolver. Los problemas de la parte alta, media y baja de una cuenca tienen que ser resueltos de una forma integral para lograr una solución permanente al problema del fenómeno del Niño.
De nada sirve descolmatar la zona media de la cuenca de un rio, sino se resuelve simultáneamente la erosión originada en la parte alta de la cuenca que origina la colmatación, o no se resuelve el problema de la salida al mar de la parte baja de la cuenca. El manejo integral de la cuenca contempla el control de la erosión y sembrado de agua en las partes altas de las cuencas; la construcción de ramales auxiliares y reservorios para controlar el caudal del rio en la zona media; y la construcción de drenajes y desembocaduras apropiadas para el rio en la zona baja de la cuenca.
La segunda deficiencia del plan es la forma en como ha sido concebido. De acuerdo con lo informado por el presidente de la ARCC, el plan es la sumatoria de los pedidos de obras de reconstrucción realizado por las autoridades de los gobiernos locales (municipios y gobiernos regionales). Estos pedidos han sido agrupados por sectores. Este enfoque ha generado que se prioricen las obras de descolmatación de las zonas medias de las cuencas y la reconstrucción de viviendas y obras de saneamiento, pistas, veredas y puentes. afectados por el fenómeno del Niño. La descolmatación ha sido entendida erróneamente como obra de prevención.
Las obras de descolmatación muy probablemente ayudarán a evitar los desastres que vivimos en el primer trimestre de este año, pero con seguridad no evitarán que los ríos se vuelvan a colmatar. Lo anterior significa que en el 2019 estaremos nuevamente en una situación de alto riego ante un nuevo Niño Costero y que las obras de saneamiento, pistas, veredas y puentes sean nuevamente destruidas. Es decir, más de lo mismo.
Lo que le ha faltado al plan de reconstrucción es la convocatoria de expertos que definan las obras necesarias en cada cuenca, para desterrar para siempre los efectos nocivos de destrucción de vidas y obras que acarrea la cíclica aparición del fenómeno del Niño. Esto es lo que entendemos por “reconstrucción con cambios”. Lamentablemente no percibimos que esta óptica haya sido la que ha primado en la elaboración del plan.
La tercera deficiencia del plan es la forma en que será ejecutado. De acuerdo con lo anunciado por las autoridades, la mayor parte del presupuesto de la ARCC será ejecutado por los gobiernos municipales y los gobiernos locales. Solo subsidiariamente el gobierno central ejecutará obras de reconstrucción. Si bien esta modalidad disminuirá la tensión política entre los gobiernos locales y el gobierno central, la eficiencia del gasto disminuirá. Es conocido el bajo nivel técnico de los funcionarios de los gobiernos locales para elaborar los expedientes técnicos que los proyectos requieren. La Contraloría tendrá que redoblar sus esfuerzos para llevar acabo el control concurrente a que se ha comprometido. Las obras de descolmatación serán una prueba de fuego para la ARCC para que no se conviertan en simples ejercicios de extracción de tierra de los ríos.
Se esperaba que el plan de reconstrucción anunciara soluciones permanentes a los desastres del Niño para cada cuenca. En su lugar, una vez más, se ha optado por la solución de corto plazo. El plan de reconstrucción no solo debería contemplar la erradicación definitiva del impacto del fenómeno del Niño, sino que debería ser fuente de creación de nuevas áreas de cultivo, actividad forestal y aumento de productividad del sector agropecuario. Nada de esto ha sido contemplado.
En el caso de la región La Libertad, el plan contempla la remodelación de la Plaza de Armas de Trujillo con ocasión de la visita del Santo Padre. Nadie podrá negar que la visita del Papa amerita la remodelación de la Plaza de Armas de Trujillo. Pero difícilmente se puede aceptar que la obra sea parte del plan de reconstrucción con cambios.