En una economía, salvo desequilibrios temporales debidos a los mecanismos del sistema financiero, debe existir un equilibrio entre el ahorro y la inversión. Si no crece el ahorro no crecerá la inversión. Sin una mayor inversión no habrá crecimiento económico. Ahorro es el acto por el cual se sacrifica parte del consumo en el presente, para poder invertir y producir más y así poder consumir más en el futuro.
En su proyecto de ley de presupuesto presentado al Congreso, el gobierno una vez más, a costa de sacrificar el ahorro público, insiste en elevar su gasto como medio para incentivar la inversión privada (medida contra cíclica).
Desde el gobierno de Humala venimos aplicando medidas contra cíclicas con la esperanza de reactivar la economía. En el proceso, hemos elevado el gasto público a niveles nunca vistos en la historia reciente. Al mismo tiempo, hemos llevado la presión tributaria a sus niveles más bajos desde la época del primer gobierno de Alan García. Esto nos ha llevado a disminuir el ahorro público y a registrar déficits fiscales crecientes que se vienen traduciendo en incrementos de la deuda pública que ya se aproxima al temido 30% del PBI, que pone en riesgo el grado de inversión que con mucho esfuerzo se ha logrado con las empresas calificadoras de riesgo país.
En esta entrega analizamos la falta de inversión privada desde la óptica del ahorro total del país. Analizando la evolución de los componentes del ahorro total podemos identificar las causas de la falta de inversión. Muchas veces la falta de un diagnóstico correcto puede llevar a la adopción de políticas fiscales contraproducentes.
En el Gráfico 1 se presenta la evolución del ahorro total del país para el periodo 1992 – 2017. Observamos que los periodos de crecimiento del ahorro total corresponden a los periodos de crecimiento del PBI. De igual manera los periodos de reducción del ahorro corresponden a periodos de desaceleración del crecimiento del PBI. Las épocas de mayor crecimiento de la economía con Fujimori y Alan García corresponden a los periodos de mayor crecimiento del ahorro. En ambos casos, el crecimiento del ahorro solo se vio interrumpido temporalmente por la crisis de 1998 (crisis de la deuda rusa) y por la crisis financiera mundial de 2008.
El periodo de las administraciones de Paniagua y Toledo corresponde a una etapa de muy bajo ahorro que se tradujo en tasas de crecimiento del PBI modestas. Solo al final del periodo de Toledo se lograron tasas altas de crecimiento del PBI gracias a la maduración de los proyectos mineros realizados durante el periodo de Fujimori y a la significativa elevación de los precios de los minerales que más que compensaron la falta de ahorro en nuestra economía.
Durante el periodo de Humala y en lo que va de este gobierno se inició una caída sostenida del ahorro que se ha traducido en tasas mediocres de crecimiento del PBI. Esta tendencia decreciente del ahorro ha continuado hasta el segundo trimestre de 2017 y no da señales de mejorar en lo que resta del año.
¿A que se debe esta caída sostenida en los niveles de ahorro? La respuesta la podemos encontrar analizando la evolución de los componentes del ahorro total. El ahorro total de una economía está constituido por tres componentes: (i) ahorro privado; (ii) ahorro público; y (iii) ahorro externo. El ahorro privado es el que realizan las personas y las empresas. El ahorro público es el que realiza el gobierno. El ahorro externo es el que proviene de las empresas y personas no residentes en el país. En el Gráfico 2 se presentan las evoluciones de estos tres componentes para el periodo 1992 – 2017.
Observamos que mientras el ahorro privado viene registrando una elevación por encima de su promedio histórico de 16% del PBI, los ahorros público y externo se han venido reduciendo significativamente en los últimos años. El ahorro privado difícilmente continuará creciendo en el futuro próximo. El ahorro privado está relacionado con los niveles de aportes al sistema de pensiones y las CTS. La creación del sistema de las AFPs elevó el nivel del ahorro privado. No se avizoran cambios en estos regímenes, por lo que el ahorro privado debe tender a su promedio histórico de 16% del PBI en los próximos años. El ahorro externo debe continuar cayendo ante la ausencia de nuevos proyectos de inversión minera significativos.
Lo más preocupante es la evolución del ahorro público. A fines del 2012, el ahorro público representaba 8% del PBI. En lo que va del 2017, el ahorro público está por debajo del 2% del PBI sin señales de cambiar de tendencia. ¿Por qué ha caída tanto el ahorro público? El ahorro público se define como la diferencia entre los ingresos corrientes del Gobierno (tributarios y no tributarios) y sus gastos corrientes (remuneraciones y bienes y servicios). Los ingresos por impuestos no paran de caer y los gastos corrientes no dejan de subir. Eso es lo que explica porque el ahorro público se ha reducido en los últimos años.
¿Cómo quiere el Gobierno aumentar la inversión pública si cada año ahorra menos? Si bien el ahorro total de una economía es igual a la inversión total. No necesariamente el ahorro público es igual a la inversión pública. En esta situación, si el gobierno decide elevar su inversión por encima de su ahorro, lo hará a costas de reducir la inversión privada. A este efecto se le llama “crowding out”. El Gobierno puede disminuir este impacto utilizando su Fondo de Estabilización Fiscal o tomando deuda en el exterior, pero estas son medidas dilatorias, y no soluciones permanentes.
El Gobierno, en su proyecto de presupuesto para 2018, no plantea elevar el ahorro público para invertir más. Lo que plantea es elevar la inversión pública porque supone que esta elevación aumentará la inversión privada. Esto es más un deseo que una justificación económica. Habría que recordarle al gobierno de que “del mismo cuero salen las correas”.
¿Si la política contra cíclica no es la solución que hacer entonces? La solución se encuentra en hacer una reforma fiscal integral que aumente el ahorro total del país. Para incrementar el ahorro privado se necesita una reforma del sistema de pensiones y del sistema de salud. Para incrementar el ahorro público se necesita una reforma tributaria integral y una consolidación del aparato estatal. Para incrementar el ahorro externo, se necesita flexibilizar el mercado laboral y eliminar las trabas burocráticas que elevan el costo de los factores para la inversión.