El Déficit Económico del Sector Público

En su última Nota Semanal el BCRP divulgó los resultados de las cuentas del sector público no financiero para todo el año 2017. Como lo habíamos pronosticado en entregas anteriores, el déficit del sector publico llegó al 3,2% del PBI, superior al 2,9% contemplado en el Marco Macroeconómico Multianual del MEF (MMM). El déficit registrado este año es el tercer déficit consecutivo y el mayor de los últimos 20 años.

El deterioro de las cuentas fiscales es resultado de errores de la política fiscal que se viene arrastrando desde el gobierno de Humala y que este gobierno no ha sabido solucionar. No es posible que en un año que se ha caracterizado por la mejora de los precios de los minerales el déficit fiscal continúe incrementándose. En esta entrega analizamos los errores cometidos por el MEF y algunas sugerencias de como revertirlos.

En el Gráfico 1 se presenta la evolución del resultado económico del sector público no financiero para el periodo 2007 – 2017. Observamos que, en la crisis del 2009, el déficit fiscal fue temporal y rápidamente se convirtió en superávit. Se argumenta que en el 2009 el periodo de déficit fiscal fue corto debido a la pronta recuperación de los precios de los minerales. En la crisis actual, los precios de los minerales se han recuperado significativamente y sin embargo el déficit continúa incrementándose. Es más, el MMM contempla que el déficit fiscal en el 2018 será aun mayor llegando al 3,5%.

El MEF ejerce la política fiscal definiendo las tasas y bases imponibles de los impuestos y fijando los niveles de gasto corriente y de capital. En el Gráfico 2 se presenta la evolución de los ingresos tributarios y los gastos del sector público para el periodo 2007 – 2017. Notamos que en la crisis del 2009, ante la caída de los ingresos tributarios, producto de la caída de los precios de los minerales, el gobierno inicialmente congeló sus gastos. Tan luego se percibió que la crisis mundial seria de corta duración, el gobierno expandió sus gastos, especialmente de capital, para contribuir a una rápida recuperación de la economía.  A esa política se le conoce como una exitosa política fiscal contra cíclica. Los déficits fiscales generados durante este periodo fueron de corta duración y de niveles manejables.

El comportamiento de la política fiscal durante la crisis actual ha sido totalmente diferente. Al desencadenarse la crisis (caída de los precios de los minerales), el gobierno de Humala respondió inicialmente aumentando los gastos corrientes (programas sociales de alivio de la pobreza), para luego reducir las tasas de los impuestos. Esa decisión fue tomada bajo la falsa premisa de que la caída de los precios de los minerales seria de corta duración. El resultado fue un rápido deterioro de las cuentas fiscales.

El recién inaugurado gobierno de PPK, con el ministro Thorne a la cabeza del MEF, se intentó revertir esta situación disminuyendo el gasto público e introduciendo una reforma impositiva. Lamentablemente, la reducción del gasto público fue mal concebida y aplicada en el momento menos adecuado.  La reducción del gasto se dio mas en el gasto de capital que en el gasto corriente. Adicionalmente, los recortes se dieron en las obras de prevención del fenómeno del Niño que más se necesitaban.

La reforma impositiva ha sido un fracaso. La creación del nuevo régimen MYPE no solo ha generado una caída de la recaudación sino también un aumento de la informalidad. El impacto del nuevo régimen MYPE aun esta por verse en la regularización del impuesto a la renta el próximo abril. El otro gran fracaso del gobierno ha sido la amnistía a la repatriación de capitales que no ha generado la recaudación esperada. Los recursos adicionales recibidos en el 2017 por este concepto no se repetirán en el 2018 y serán otra fuente de preocupación para los ya mermados ingresos públicos.

Otra de las causas del deterior de las cuentas fiscales ha sido la elevación del gasto corriente en desmedro del aumento de la inversión pública.  En el Gráfico 3 se presenta la evolución del gasto corriente y el gasto de capital del sector público no financiero para el periodo 2007 – 2017. Notamos que, en el 2009, se limitaron los gastos corrientes y se priorizaron los gastos de capital como parte de la política contra cíclica. Durante el gobierno de Humala fue evidente el aumento del gasto corriente a costa de un estancamiento del gasto de capital. El ministro Thorne intentó revertir esta situación. Sin embargo, los aumentos de remuneraciones otorgados al sector público durante el 2017 mantuvieron la tendencia creciente del gasto corriente en lugar de revertirla.

¿Qué nos espera para el 2018? El MMM ni el presupuesto para este año contemplan cambios significativos en la política tributaria. El incremento de la recaudación esta supeditada al crecimiento del PBI en más de 4%. Este año no se contarán con los ingresos extras previstos, provenientes de la amnistía para la repatriación de capitales. La situación de incertidumbre creada por la crisis política puede comprometer el crecimiento económico y por lo tanto el aumento de la recaudación.

En este contexto, el aumento del gasto público comprometido en el presupuesto de este año, especialmente en los gastos de la reconstrucción y otros grandes proyectos como los Panamericanos, y la línea 2 del metro pueden llevar el déficit ha niveles superiores al 3,5% contemplado en el MMM y en el presupuesto.

¿Qué se requiere hacer para revertir esta situación? Lo mas urgente es implementar una reforma impositiva integral que abarque no solo el reajuste de las tasas impositivas sino también el sistema de aportes pensionarios y salud y la reforma de la SUNAT. Esta reforma debe tomar en cuenta la reciente reforma tributaria aprobada por el congreso de los EUA que rebaja el impuesto a la renta empresaria de 34% a 21%. Así mismo, la reforma debe contemplar los altos niveles de informalidad y contrabando imperantes en el país.

De no implementarse estas reformas, la deuda publica podría en el corto plazo superar el 30% del PBI y con ello se perdería el grado de inversión que tanto esfuerzo ha costado lograr al país. Demás está decir, que la pérdida del grado de inversión significaría menos inversión extranjera y mayores tasas de interés.