Según un informe publicado por la ONU, la reforma tributaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría llevar de vuelta al país casi US$ 2 billones en la medida en que empresas estadounidenses repatrien dinero desde filiales extranjeras.
La reforma pone fin a un sistema en que las empresas aplazaban el pago de impuestos sobre ganancias en el exterior hasta que los fondos fueran repatriados. En cambio, trata esas utilidades como si fueran repatriadas, con una tasa de un 8% para los activos que no son dinero y un tributo de un 15,5% sobre el efectivo, reduciendo así los incentivos de las empresas para acumular dinero en el exterior.