A inicios de mes el INEI divulgó que el índice de precios al consumidor (IPC) de Lima en el mes de febrero se incrementó 0.13%, llevando la inflación acumulada de los últimos 12 meses a 2%. El componente mas importante del IPC, el de alimentos y bebidas, apenas creció 0.05%. Esta baja inflación en alimentos es inusual, especialmente en el inicio de año cuando la temporada de lluvias genera interrupciones en las vías de comunicación generando incrementos en los precios de productos perecibles. En esta entrega analizamos la evolución reciente de los precios de alimentos y bebidas dentro del hogar y su posible impacto en la inflación para lo que resta del año.
El IPC de Lima Metropolitana está compuesto por 8 índices que corresponden a las principales categorías de consumo, siendo el índice de alimentos y bebidas el más importante, con una ponderación de 37.818% del índice total.
El índice de alimentos y bebidas a su vez está dividido en dos grandes subgrupos: (i) alimentos y bebidas consumidos dentro del hogar; y (ii) alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar. El primer subgrupo tiene una ponderación de 26.082% y se refiere a los alimentos y bebidas que compramos en el supermercado o bodegas para consumirlos en casa. El segundo grupo tiene una ponderación de 11.736% y corresponde a los alimentos que consumimos en restaurantes, escuelas, centros de trabajo u otros establecimientos que no sean nuestro hogar.
En el Gráfico 1 presentamos la evolución mensual de la inflación anualizada (mes de este año contra el mismo mes del año anterior) para el periodo enero 2014 a febrero de 2019 del IPC total y del subgrupo alimentos y bebidas dentro del hogar. Tradicionalmente la inflación del subgrupo alimentos y bebidas dentro del hogar ha evolucionado en niveles similares al IPC total, con algunas variaciones por encima correspondientes a periodos de lluvias o interrupciones de las vías de comunicación.
Sin embargo, en el 2017 como consecuencia del fenómeno del Niño Costero, se generaron incrementos muy por encima del IPC total de los precios de alimentos y bebidas dentro del hogar. La normalización de las condiciones climáticas, aunadas a una muy buena campaña agrícola, motivó una caída de los precios de alimentos y bebidas muy por debajo de la inflación medida por el IPC total, que se extendió durante casi todo el año 2018. Un caso anecdótico fue la sobreproducción de papa que llevó al ministro de agricultura de ese entonces a comprar el excedente por temor a una explosión social. La caída de precios de alimentos generó que la inflación medida por la variación del IPC total en el 2018 sea una de las mas bajas de los últimos 20 años.
¿Cuál ha sido el impacto de la caída de los precios de alimentos en los precios relativos? Los precios relativos miden la evolución de los precios de un bien con relación a la evolución del IPC total. Si el precio de un bien evoluciona por debajo del IPC significa que el margen de ganancia de ese productor se reduce. Cuando hay mucha distorsión de los precios relativos se producen presiones inflacionarias en la medida que los productores tratan de recuperar sus márgenes de ganancias, dificultando la labor de control de la inflación por parte del BCRP.
En el Gráfico 2 se presentan la evolución, comparada con IPC total, de los índices de precios de los principales componentes del subgrupo alimentos y bebidas dentro del hogar. Para cada uno de los 5 componentes del subgrupo; (i) Pan y Cereales; (ii) carne y pescado; (iii) leche, queso y huevos; (iv) hortalizas, frutas, tubérculos y otros; y (v) bebidas alcohólicas y no alcohólicas, se incluye en el título del gráfico su ponderación, para indicar su participación relativa dentro del IPC total.
Cuatro de los cinco componentes del subgrupo alimentos y bebidas fuera del hogar registran caídas significativas con relación al IPC total. El único componente que no registra caídas es el de bebidas alcohólicas y no alcohólicas, debido al incremento del impuesto selectivo al consumo a estos bienes en el inicio del 2018.
Simulaciones con nuestro modelo PREDICE nos indican que la reversión del deterioro de precios relativos del grupo alimentos y bebidas a lo largo del presente año ejercerá presión sobre la inflación total pudiendo llegar a superar los 3.5% a fin de año. Aparte de condiciones climática impredecibles, mucho dependerá de la evolución del tipo de cambio y del manejo de las tasas de interés por parte del BCRP.