Luego de haber endurecido la política monetaria cuatro veces en 2018, la Reserva Federal de Estados Unidos, ajustándose a un crecimiento mundial más débil y a la desaceleración de su economía, señaló que no subirá las tasas de interés en 2019. Además, anunció que en mayo comenzaría a desacelerar la reducción mensual de su cartera de bonos del Tesoro de US$ 30.000 millones a US$ 15.00 millones.