¿Por qué no avanza la masificación de gas natural en las regiones?

El Perú es un país muy centralizado, durante muchos años Lima ha sido favorecida de diversas formas postergando el desarrollo armónico del país al no dar la misma oportunidad de desarrollo a las ciudades del interior.

Hoy Lima alberga un tercio de la población nacional sin embargo acumula casi la mitad del PBI total del Perú. Esta situación lejos de estar siendo corregida, se está haciendo cada vez mas grave y uno de los factores tiene que ver con la disponibilidad y precio de la energía.

Veinte años demoró nuestro país en poner en el mercado el gas que se descubrió en la selva del Cusco en el año 1984. Recién en agosto de 2004 llegó la primera molécula de gas a Lima venciendo muchas dificultades y sorprendentemente lo más difícil no fue el reto de nuestra difícil geografía: transportar el gas desde la espesura de la selva, cruzar los imponentes nevados de la cordillera de los Andes y luego atravesar los áridos desiertos de la costa no fue nada comparado con la titánica tarea de convencer a quienes con diferentes argumentos postergaron el inicio del proyecto. Uno de los temas en discusión fue la viabilidad de un proyecto de desarrollo de Camisea enfocado en el mercado regional del Cusco.

Fue evidente que las grandes inversiones requeridas para el desarrollo de ese megaproyecto no iban a poder justificarse en la atención de un mercado pequeño de una región que no tenía industria y dónde tampoco había generación eléctrica (por razones de eficiencia técnica no se instalan generadoras térmicas en altura)

Cuando por fin se logró viabilizar el proyecto, entre el año 2000 y el año 2004 se construyeron: la infraestructura del campo productor en Camisea, una planta de separación gas-líquidos cerca del campo (Malvinas), un gasoducto hacia la costa con destino final Lima, un ducto de líquidos con destino final en la costa de Pisco, una planta de fraccionamiento de líquidos en Pisco y una red de distribución en Lima.

A pesar del gran parque industrial que rodeaba Lima y del gran potencial de demanda en esa zona, se hizo necesario implementar una serie de incentivos que rompieran la inercia de un mercado que no conocía el gas natural y que no mostraba mayor interés en cambiar sus hábitos de consumo.

Lo relatado explica porqué en esa primera etapa se implementaron diferentes medidas para promover el uso del gas en Lima Metropolitana, éstas fueron las siguientes:

  1. Garantía de Red Principal (GRP) para el transporte de gas.
  2. Garantía de Red Principal (GRP) para la distribución de gas en Lima.
  3. Precio de la molécula de gas natural acotado con límites hasta el año 2018.
  4. Molécula de gas gratis para los primeros 100 mil usuarios residenciales que sólo pagaron la tarifa de transporte, la de distribución y la regalía correspondiente.
  5. Precio promocional para el gas destinado al transporte (GNV) por seis años cuya vigencia venció el año 2012.
  6. Subsidio del FISE para las conexiones domiciliarias que en algunos casos llega a cubrir hasta el 100 % de dichos costos.

El resultado fue un crecimiento exponencial de la demanda de gas natural en Lima que rápidamente copó la capacidad de transporte del gasoducto que tuvo que ampliarse varias veces para atender esa creciente demanda pues las industrias limeñas ampliaron sus instalaciones al comprobar las ventajas del gas y alcanzar condiciones muy competitivas que inclusive les permitió conquistar mercados internacionales. Se instalaron también en Chilca, al sur de Lima, varias empresas de generación eléctrica con gas natural.

En el año 2009 se firmó el único contrato de concesión regional de transporte y distribución de gas por ductos logrado hasta hoy, lo que ha permitido a la región Ica disfrutar de las ventajas del gas natural en los sectores industrial, comercial, vehicular y residencial.

En los siguientes años se han firmado contratos de concesión para atender con gas natural licuefactado (GNL) regiones al norte y al suroeste del país mientras se conseguía que lleguen en el futuro gasoductos a esas regiones.

Se estimaba que se iba a disponer muy rápido de un terminal de carga de GNL en la planta de Melchorita y que el gasoducto andino del sur iba a estar operativo en el año 2019. Lamentablemente el terminal de carga de GNL en Melchorita demoró varios años en construirse y el gasoducto al sur quedó paralizado por los problemas derivados de la situación de la empresa Odebrecht. Ambas situaciones han motivado que los mercados regionales del norte y suroeste hayan sido “descremados” pues ante la falta de las opciones mencionadas algunas industrias de la zona optaron por contratar suministro de gas natural comprimido (GNC) proveniente de las zonas de Lima e Ica.

Explicados los antecedentes, ahora estamos en condiciones de responder la pregunta del título ¿Por qué no avanza la masificación de gas natural en las regiones?:

  1. Porque en las regiones no se cuenta con NINGUNA de las seis medidas promocionales que se aplicaron o que se siguen aplicando a Lima (como es el caso del subsidio FISE para las conexiones domiciliarias).
  2. Porque los concesionarios regionales tienen la obligación de conexiones domiciliarias con un esquema tarifario que se basa en un subsidio cruzado: un pequeño recargo en la tarifa a los industriales de gran consumo permite una gran rebaja en las tarifas residenciales de bajo consumo y de esa manera TODOS ganarían.
  3. Porque sin tener gas por gasoducto y dependiendo de GNL (que implica costos de licuefacción, transporte del GNL y regasificación posterior), las concesiones regionales actuales tienen un precio del gas natural para sus clientes que es mucho mayor que el que pagan los clientes de Lima e Ica

Si la posibilidad de aplicar el esquema tarifario con subsidio cruzado desaparece en las regiones y las condiciones que se aplican para el uso del gas natural en esas regiones no guardan equidad con respecto a lo que se hizo en Lima, no se logrará la prometida masificación y la industria regional seguirá ahogándose o trasladándose a Lima o Ica dónde si tiene acceso a energía barata y abundante.

Finalmente cabe preguntarnos ¿tiene sentido que el Estado subsidie doblemente el uso del GLP (con el Fondo de Estabilización y el Bono FISE), cuando el Perú es ahora deficitario en GLP y éste es un producto con importación creciente mientras que tenemos enormes reservas de gas natural y seguimos reinyectando gas que no logra consumirse en nuestro mercado?