Superávit de la balanza comercial

Tanto el BCRP como el MEF vienen celebrando que el acumulado de la balanza comercial para los 12 meses de 2019 cierre alrededor de los 6,000 millones de dólares. Se argumenta que el elevado superávit de la balanza comercial es una señal de la solidez de la economía peruana y que la recuperación está a la vuelta de la esquina.

A diferencia de lo que sucedió con la crisis financiera del 2008 en la que la balanza comercial llegó a apenas los 1,500 millones de dólares y con la crisis del “Taper Tantrum” de 2013 que llegó a generar un déficit comercial cercano a los 3,000 millones, esta vez la guerra comercial China – EUA sólo ha reducido la balanza comercial a 6,000 millones (ver Gráfico 1).

¿Qué es lo que ha motivado que en esta crisis no se generen significativas reducciones o déficits en la balanza comercial? La principal causa ha sido el comportamiento de las importaciones. En las dos últimas crisis, la economía peruana venia creciendo a tasas superiores al 5% anual y por lo tanto los requerimientos de importaciones eran altos. En cambio, esta vez las tasas de crecimiento de la economía son bastante inferiores y por lo tanto los requerimientos de importaciones son también más bajos. Si a esta situación le agregamos que los precios del petróleo están por debajo de sus niveles en anteriores crisis, entonces se explica el porqué del estancamiento de las importaciones que ha permitido mantener superávits comerciales a pesar de que las exportaciones se han venido reduciendo.

En el Gráfico 2 se presenta la evolución de las exportaciones y las importaciones para el periodo 2004 – 2019. Observamos que las exportaciones actualmente se encuentran en niveles por debajo de las del 2012 y continúan desacelerándose con un ritmo similar al observado en la crisis del 2013. Por su parte las importaciones se encuentran en un nivel similar al del 2012. Las importaciones no muestran un crecimiento como el observado en el periodo 2010 – 2012 porque el ritmo de crecimiento de la economía se ha desacelerado significativamente. Si las importaciones crecieran al ritmo que lo hicieron en el 2010 entonces se hubiesen generado déficits comerciales como ocurrieron en el 2015. Lo anterior significa que estamos en un punto de equilibrio económico inferior al que teníamos en el 2013. Exportamos menos pero también importamos menos. Esto explica por qué nuestro crecimiento potencial es menor que 3% anual.

¿Cuál es el problema con tener un punto de equilibrio inferior en el que el crecimiento potencial esté por debajo del 3%? El problema es que con tasas de crecimiento inferiores al 3% no generamos lo suficiente para dar empleo a las nuevas generaciones y no tenemos la capacidad para continuar disminuyendo la pobreza. Lo peor es que con este punto de equilibrio bajo no estamos en condiciones de generar suficiente ahorro interno como para generar nuevas inversiones que nos permitan aumentar la tasa de crecimiento potencial en el mediano plazo y pasar a un punto de equilibrio más alto.

¿Qué podemos hacer para romper este impase? Una posibilidad es no hacer nada y esperar que se recuperen los precios de los minerales y así iniciar otro ciclo de crecimiento que nos lleva a un nivel de equilibrio superior al actual. Pero para ello se requiere seguir atrayendo inversión extranjera y ahorro externo ya que en estas condiciones el ahorro interno no es suficiente. En el Gráfico 3 se presenta la evolución de los precios del cobre y el petróleo. Observamos que el precio del cobre aún no se recupera y es probable que continúe deprimido hasta después de las elecciones en los EUA.

PETRÓLEO Y BALANCE COMERCIAL

Por su parte, el precio del petróleo se encuentra a niveles bajos similares a los niveles de 2009. Los precios bajos vienen ayudando a reducir el valor de nuestras importaciones. Sin embargo, una elevación repentina de los precios de petróleo, debida a la volatilidad del escenario internacional, podría generar un rápido deterioro de la balanza comercial, especialmente si no va acompañado por una recuperación del precio del cobre.

¿Qué otra posibilidad tiene el gobierno para hacer frente a la crisis internacional? La otra posibilidad es que el gobierno incremente la inversión pública e implemente las reformas necesarias para elevar la productividad de los sectores económicos deprimidos, especialmente el agro y la manufactura. Lamentablemente, el gobierno se encuentra paralizado en ambos rubros. Los decretos de urgencia recientemente aprobados autorizan la transferencia de los fondos del presupuesto asignados a inversión y no ejecutados (que en algunos pliegos supera el 50%) a la reserva de contingencia para de este fondo ser reasignados, en su gran mayoría, a gasto corriente.

PROYECTOS DE INVERSIÓN

Estos decretos de urgencia no solo desnudan la ineficacia del gobierno para ejecutar los proyectos de inversión, sino que priorizan el gasto corriente sobre la inversión. El aumento del gasto corriente no va a significar crecimiento económico en el mediano plazo. Por el contrario, lo único que va a significar es un aumento de los déficits fiscales y un aumento de la deuda pública.

La reciente emisión de bonos de deuda externa hasta por 10,000 millones de soles, si bien se ha conseguido a tasas atractivas, seria un despropósito si se asigna para financiar un aumento del gasto corriente. El MEF siempre se ha caracterizado por ser el garante de la caja fiscal. El grado de inversión que actualmente ostenta el país, ha sido el producto de dos décadas de políticas fiscales sanas. Los dos últimos gobiernos vienen abandonando lo que ha sido un pilar fundamental del modelo económico. Dos décadas de continua reducción de la deuda pública como porcentaje del PBI vienen siendo revertidos a paso acelerado y la fatídica meta del 30% se encuentra cada día más cerca. La señora ministra, la guardiana del modelo económico, tiene la palabra.