Los países del continente americano sufrirán la peor parte de la pérdida estimada de 305 millones de empleos que la pandemia de COVID-19 causará en todo el mundo entre abril y junio. El brote también conlleva el riesgo de crear una generación confinada de jóvenes obligados a tratar de ponerse a la par en el mercado laboral durante al menos 10 años. América pasó de ser la región menos afectada en términos del mercado laboral en el primer trimestre a ser la más afectada, con una caída prevista de 13,1% en las horas de trabajo en el segundo trimestre; según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).