Consumo y adquisición de productos hidrobiológicos

El PRODUCE aprobó un proyecto de ley que promueve el consumo y adquisición de productos hidrobiológicos a pescadores artesanales, cooperativas pesqueras, pequeños productores acuícolas y Mype.

Esta propuesta implica que las entidades del sector público deberán destinar como mínimo el 10% del total del presupuesto asignado por ley para la compra de alimentos de consumo humano directo en el gobierno nacional, los gobiernos regionales y gobiernos locales para la adquisición de productos hidrobiológicos.

Este proyecto re edita una norma de años atrás que decía lo mismo, pero solo focalizada en la anchoveta, por justas razones.

El D.S. Nº 002-2007-PRODUCE, que declaró de importancia estratégica y de interés nacional la promoción del consumo de anchoveta y de pota, así como la difusión de sus propiedades alimenticias. El ITP coordinaría con los Ministerios de Defensa, del Interior, de Salud, de Trabajo y Promoción del Empleo, de la Mujer y Desarrollo Social, de Educación y de Justicia, la elaboración de un programa de adiestramiento en la preparación de alimentos a base de anchoveta y pota. Además, estableció que dichos Ministerios destinarán no menos del 8% de su presupuesto y del de sus dependencias destinado a la compra de alimentos, para la adquisición de productos elaborados a base de anchoveta y pota.

El proyecto, si tiene como objetivo actuar sobre el escenario descrito es válido. Pero adolece de una falta de sustento técnico que precise a que especies está referido puesto que si no se hace de esta manera se podría generar una sobrepesca de especies que pueden colapsar. Se requiere de un informe científico previo que muestre sobre que recursos se puede actuar y estableciendo límites a su captura.

Por tanto, la idea no es nueva. Pero este DS tenía un contenido más técnico al focalizarse en la pota y la anchoveta.

La desnutrición crónica es un indicador que tiene frenado al país y que mientras no se resuelva no permitirá el crecimiento nacional con equidad y sin exclusión.

Niños menores de dos años padecen de desnutrición crónica en el Perú y sufren de anemia por deficiencias de hierro en su alimentación. Pero nos jactamos del éxito económico que significan los volúmenes de proteína exportados tanto en forma de harina de pescado como de productos hidrobiológicos congelados y en conservas.

Es necesario implementar un programa social que contribuya con la seguridad alimentaria nacional en la mejor forma posible que el sistema político lo permite, yendo más allá de políticas que no tienen sostenibilidad, sino que descansan en la voluntad política y el marketing político.

No se requiere intervención en ciudades costeras ni en sectores de la población que tienen acceso a la adquisición de productos hidrobiológicos.

Para apoyar con éxito la erradicación de la desnutrición, se requiere de Proyectos/Programas innovadores. El programa debe fundamentarse en la necesidad de crear un mercado como responsabilidad del Estado y en el fortalecimiento de capacidades que permitan convertir la atención de ese mercado en un negocio rentable, generando empleo y riqueza, lo que lo hace sostenible en el tiempo.

Estos proyectos de última hora de un gobierno de salida, por muy bien intencionados que fuesen requieren de mayor sustento técnico científico y pudieron haberse hecho mucho tiempo atrás, no ahora que están por irse.

El comportamiento de los desembarques tiende a disminuir o a mantenerse desde los años 2012 y 2013, con excepción del congelado que básicamente está representado por la pota. Sin embargo, el número de pescadores artesanales y embarcaciones pesqueras artesanales aumenta.

La mayor presión por la extracción no se refleja en una proporción razonable y lógica de mayores desembarques. Estas fluctuaciones no indican mayores desembarques, sino que o permanecen igual, suben un poco, o bajan. Por otro lado, la data no muestra el porcentaje de tallas por debajo de la mínima, lo que podría estar generando un problema adicional. Estas cada vez se aprecian menores en los mercados y restaurantes.

Para estimular la demanda, o sea promover mayor consumo, se requiere una tarea previa: evaluar la magnitud de las biomasas explotables y valorizarlas, deducir el costo de extracción y conocer la renta neta a que pueden aspirar los que pretenden emprender la aventura de pescar. De este análisis resultará una primera información útil que les permita evaluar si salir a pescar es negocio o si ya dejó de serlo hace mucho tiempo debido a que los recursos pesqueros van disminuyendo en la medida que el esfuerzo pesquero se va incrementando.

El manejo sostenible de las pesquerías radica en la disposición de información científica, por lo cual el primer paso requiere el fortalecimiento del sistema científico y oceanográfico, el cual debe priorizar los estudios biológicos y socio económicos de los recursos, áreas y épocas de reproducción, tallas y edad de los mismos, el conocimiento de los stocks disponibles, renovación de poblaciones, impacto de la mortalidad antropogénica y natural y la influencia de las variaciones oceanográficas, principalmente en áreas costeras. Esta información permitiría definir qué especies son susceptibles de ser promocionados y en qué volúmenes máximos, lo que permitiría definir áreas geográficas y poblaciones objetivo.

Actualmente el IMARPE, solo posee investigación de recursos capturados por la flota industrial, particularmente sobre anchoveta, jurel, caballa, atún y merluza, así como de la pota, que es un recurso importante pese a ser capturado solamente por la flota artesanal. Sin informes técnicos precisos de esta institución, la promoción de mayor consumo de pescado en forma general sin precisar que especies son susceptibles de ser promocionadas y en que volúmenes máximos, no garantiza la sostenibilidad.

Promocionar el consumo de productos pesqueros es beneficioso dentro del concepto de seguridad alimentaria; pero estimular o incentivar la actividad extractiva sin saber certeramente si el ecosistema marino de Humboldt y/o los de ríos, lagos y lagunas peruanas admiten mayor esfuerzo pesquero se convierte en una promoción inconveniente.

Se debería aplicar un enfoque precautorio en tanto no se incremente la investigación pesquera hacia las especies que captura la pesca artesanal y que son las que consume el mercado nacional.

Que “el mar peruano es muy rico e inagotable” es un error de percepción, un cliché errado, que promueve un irrefrenable incremento del esfuerzo pesquero y confunde a la opinión pública haciendo más ardua la labor de regulación.  El mar peruano fue muy rico y abundante para la pesca, hoy ya no lo es. La riqueza infinita del mar peruano ya no es más que un mito. Por otro lado, los beneficios económicos del sector pesquero marítimo alcanzan a una fracción mínima de la población costera involucrada y a casi nadie más del resto de la ciudadanía.

La capacidad actual para realizar esfuerzo de extracción del pescador peruano podría estar superando los límites de sostenibilidad. No se está midiendo el esfuerzo de extracción de los recursos capturados por la pesca artesanal, con excepción de unos pocos.

Los volúmenes de recursos pesqueros naturales no aumentan a la par que crece la población vinculada a la extracción. Los recursos pesqueros no aumentan en función a la demanda, sino que siguen el camino inverso.

Es inconveniente incentivar el consumo de pescado en forma genérica sin determinar qué especies pueden ser promovidas en base a información científica, reglamentos de ordenamiento pesquero existentes y cuotas de extracción si es que corresponde.

Las poblaciones de peces no se reproducen con la celeridad y en los volúmenes necesarios para permitir que intervengan nuevos pescadores, sean artesanales o industriales. La dependencia y vulnerabilidad de los pescadores respecto de las actividades de los demás pescadores actuales es inevitable. Con mayor razón si entran nuevos. Cada pez capturado deja de estar disponible para los demás pescadores. Cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás pescadores, artesanales o industriales. Por tanto, a mayor cantidad de pescadores, menos capturas para cada uno. La pesquería no debe admitir más participantes, por tanto no se debe estimular mayor extracción.

Siendo que la actividad pesquera descansa sobre la existencia de recursos pesqueros, el primer objetivo debe ser garantizar la sostenibilidad de los mismos. Por lo tanto ¿Se debe promover la pesquería en el Perú en un escenario de ausencia de información científica amplia, detallada y precisa sobre todos los recursos pesqueros posibles de ser extraídos?

El abastecimiento de pescado y mariscos tiene como destino principal el mercado limeño, y el de las ciudades costeras, marginando precisamente a la población más necesitada de proteínas  que se encuentra en el resto del país. Existen dificultades para llegar al interior del país que necesitan ser resueltas.

Si el pescado escasea y es caro ¿cómo se puede incentivar a la población de menores recursos para que coma más pescado?

¿Cuánto pescado se necesita para atender la demanda interna y la externa y cuánto pescado existe con disponibilidad de extracción sin afectar a la biomasa en el ecosistema marino de Humboldt? Sin esta información estimular la demanda puede ser un problema.