Cuando una empresa tiene como objetivo lograr un crecimiento rápido, la estrategia idónea es una fusión y adquisición de otra empresa existente y en funcionamiento. Esta adquisición puede consistir en adquirir sólo una empresa o combinar diferentes empresas o unidades de negocio para adquirirlas de manera conjunta.
La adquisición puede representar para la empresa adquiriente una integración vertical o una integración horizontal. Será una integración vertical cuando la empresa adquirente tiene como empresa objetivo a otra empresa que pertenece a la misma cadena productiva. La integración vertical será del tipo “hacia atrás”, cuando la empresa adquirente decide convertirse en su propio proveedor, en lo que se refiere a insumos o materias prima.
Sin embargo, cuando la empresa adquirente decide hacerse cargo de actividades relacionadas con la distribución y venta de productos, por ejemplo, al consumidor final o a nivel mayorista, la integración vertical será del tipo “hacia adelante”.
Asimismo, cuando la empresa adquirente busca contar con subsidiarias que ejercen el rol de proveedoras y asimismo cuenta con otras que le permiten encargarse de la distribución y/o de la venta al consumidor final, la integración será del tipo “compensada”.
A diferencia de la integración vertical, la integración horizontal se da cuando una empresa adquiere, se fusiona o crea otra u otras empresas que realizan una misma actividad. Es decir, que producen bienes del mismo tipo o que incluso pueden ser sustitutos, generalmente con el fin de lograr cubrir otros segmentos del mercado y aumentar su participación y poder dentro del mismo.
Sin duda, la búsqueda del crecimiento inorgánico no es la única razón para implementar una estrategia de adquisición. También se puede adquirir una empresa para generar o crear valor, reduciendo radicalmente sus costos para optimizar sus márgenes y flujos de efectivo.
Sin embargo, la razón más común de una estrategia de fusión y adquisición es aprovechar las sinergias de costos e ingresos. Con las sinergias de costos, se puede consolidar dos empresas similares para reducir los costos de operaciones y recursos. Esto implica eliminar empleados, instalaciones y áreas de operaciones comerciales redundantes, entre otros.
Por otro lado, las sinergias de ingresos pueden generarse por aumento de los precios, impulso de las ventas o cambio en la posición competitiva de la empresa en el mercado. Las empresas pueden utilizar esta estrategia para irrumpir en nuevos territorios, eliminar competidores, ingresar a nuevos mercados, expandir su cartera con ventas cruzadas y aumentar las oportunidades de ventas.
También se cuentan otras razones de las fusiones y adquisiciones, tales como, para (i) acelerar o buscar un mayor acceso al mercado de los productos de la empresa adquirida, cuando dichos productos tienen un enrome potencial; y (ii) adquirir tecnologías más rápido o a un costo menor de lo que puede construir o desarrollar por su cuenta la empresa adquiriente.
Una razón particular para decidirse por una fusión y adquisición es cuando la empresa adquiriente adquiere una empresa objetivo con la finalidad de reducir la curva de aprendizaje y ahorrar tiempo al desarrollar una estrategia de crecimiento. Por ejemplo, una empresa que necesita más tiempo e inversión para ofrecer un nuevo servicio, puede adquirir la capacidad para hacerlo en la forma de otra empresa con una base de clientes integrada.
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