Si su empresa atraviesa por una crisis financiera generada por los efectos de la pandemia de la COVID 19, debe asegurarse de contar con la mejor estrategia de reestructuración financiera, que le asegure recuperar el valor económico que tenía su negocio antes de la crisis.
Una posible estrategia a adoptar es, integrarse (fusionarse) con otra empresa con mejor situación económico-financiera, con el objetivo de generar una sinergia, evitando así que su patrimonio siga reduciéndose, al mitigar el impacto de las pérdidas derivadas de la crisis financiera con el valor económico generado por dicha sinergia.
Una estrategia similar también puede ser realizar una alianza estratégica con otra empresa con una fortaleza económico-financiera, que permita la colaboración para lograr sinergias comerciales, sin dejar de ser empresas independientes.
Otra estrategia que también podría adoptarse es, levantar recursos del mercado de capitales a través de una empresa que cotiza en bolsa de valores, tras la adquisición de ésta última mediante una operación de compra apalancada (leveraged buyout, en el idioma inglés), a fin de restituir el capital perdido. La empresa integrada también puede contribuir con recursos específicos y compartir los gastos.
La crisis financiera es también una oportunidad para repensar el modelo de negocio. Por ello, una estrategia válida es la venta o liquidación de subsidiarias u otros activos o propiedad intelectual de la empresa, incluyendo la opción de hacer una escisión de un bloque patrimonial, que pueda desarrollarse fuera de empresa como una unidad de negocio independiente.
La estrategia que se adopte, en definitiva, dependerá de la situación, naturaleza y características de la crisis financiera que atraviesa la empresa. Lo más importante, es que la empresa en crisis adopte una estrategia de reestructuración efectiva, oportuna y para el mediano o largo plazo, evitando corregir sólo la situación de corto plazo, porque si no estará desplazando para el futuro la crisis y su impacto.
Contar con un diagnóstico que, permita determinar las fortalezas, debilidades, oportunidades, riesgos, ventajas y desventajas de la empresa, así como cuantificar el deterioro patrimonial generado por la crisis, ayudará a definir las opciones estratégicas de reestructuración financieras más idóneas.
Una vez diseñada la estrategia de reestructuración financiera, se debe realizar una planificación financiera de la empresa para el mediano plazo, para medir si la estrategia propuesta permitirá a la empresa salir de la crisis y cuándo ocurrirá esto. Luego, también hay que realizar una valorización del negocio con base en las proyecciones financieras de la planificación realizada, a fin de determinar el valor económico generado por la estrategia de reestructuración financiera propuesta.
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