La inflación de EE.UU. subió en enero más de lo esperado al llegar al 7,5%; el ritmo más rápido desde 1982, luego de una ganancia anual del 7% en diciembre. El IPC aumentó un 0,6% en enero con respecto al mes anterior, lo que refleja amplios aumentos que incluyeron mayores costos de alimentos, electricidad y vivienda. Si se excluyen los componentes volátiles de alimentos y energía, los llamados precios subyacentes aumentaron un 6% respecto al año anterior, también el mayor incremento desde 1982, y un 0,6% respecto al mes anterior, según datos del Departamento de Trabajo. Los datos refuerzan las intenciones de la Reserva Federal de comenzar a subir las tasas el próximo mes para combatir las presiones inflacionarias generalizadas y podrían llevar a los mercados a esperar una acción aún más agresiva por parte del banco central, informó Bloomberg.
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