A raíz del conflicto entre Ucrania y Rusia, los elevados precios de los fertilizantes han hecho que agricultores de todo el mundo reduzcan tanto su uso como la cantidad de tierra que cultivan, lo que advierte de una probable escasez de alimentos. Las sanciones occidentales a Rusia, uno de los principales exportadores de potasa, amoníaco, urea y otros nutrientes del suelo, han golpeado el comercio de estos insumos clave en todo el mundo. Los fertilizantes son fundamentales para mantener un alto rendimiento del maíz, la soja, el arroz y el trigo. En Perú, las áreas sembradas han caído un 0,2% desde agosto debido al aumento de los precios de los fertilizantes. En Brasil, algunos agricultores están aplicando menos fertilizantes a su maíz y algunos legisladores federales están presionando para abrir tierras indígenas protegidas para la extracción de potasa. En Zimbabue y Kenia, los pequeños granjeros están volviendo a usar estiércol para nutrir sus cultivos. Sólo en EE.UU. se espera que la factura de los fertilizantes se dispare un 12% este año, después del aumento de 17% en 2021, informó Reuters.
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