Las rondas campesinas o también llamados ronderos, surgieron a fines de los 70s como una respuesta a la carencia de protección estatal de los derechos de las personas de la zona rural. Durante los años 80, este tipo de organizaciones se extendieron en todo el territorio peruano para participar en la lucha antiterrorista. Pero en el siglo XXI se han convertido en elementos de perturbación de la paz comunal pues han cometido una serie de abusos que incluso colisionan con los derechos constitucionales de los ciudadanos. Pese a ello, el número de rondas campesinas sigue en aumento.
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