Los precios al consumidor en China aumentaron 2,7% en julio respecto al año anterior, aumentando al ritmo más rápido en dos años, pero por debajo del pronóstico (2,9%). Los precios al productor subieron 4,2%, el crecimiento más bajo en 17 meses. El yuan se debilitó a 6,77 frente al dólar, presionado por los débiles datos de inflación.
Las presiones inflacionarias relativamente leves respaldan la postura del banco central chino de mantener su política acomodaticia pese al aumento de las tasas de interés mundiales. El yuan sigue siendo susceptible a movimientos bruscos en medio del resurgimiento de los brotes internos de Covid-19, los riesgos del sector inmobiliario y las tensiones con EEUU por Taiwán.