En vísperas de la elección de alcaldes y gobernadores regionales este 7 de octubre, la gran mayoría de peruanos irá a las urnas sin saber por quién votar. Desconfiada de todos los partidos políticos y candidatos. Escaldada por su traición, sean de izquierda o de derecha. Porque para el elector todos son oportunistas, corruptos, mentirosos e ineptos para los cargos que aspiran. Lamentable generalización que se alimenta de la nefasta experiencia electoral reciente, que llevó al sillón presidencial al candidato Pedro Castillo, gracias a su promesa de cambio sintetizada en la frase marketera: “No más pobres en un país rico”.
Entonces, queda flotando la pregunta: ¿por quién votar? Votar viciado no es buena opción porque favorece a los más oportunistas, corruptos, mentirosos e ineptos, que son los que suelen tener mayor acceso a propaganda y financiación de fuentes mafiosas.
Votemos por candidatos sin antecedentes penales, que tengan sólida preparación profesional, con experiencia exitosa de gestión pública o privada, que cuenten con el respaldo de un equipo de tecnócratas de prestigiosa trayectoria. Descartemos a los graduados en universidades truchas con tesis truchas.
Asegurémonos que nuestro candidato esté comprometido, no sólo de la boca para afuera, con la eliminación de la pobreza, la obra pública y la seguridad ciudadana. Descártalo si no ves en él un verdadero compromiso de lucha contra la pobreza de la gestión pública. Es decir, descártalo si no ves en él a alguien que se rodeará de los talentos más preparados y honestos para cada cargo. Descártalo si crees que lo más probable es que se rodee de sus amigotes y familiares para delinquir aprovechándose del poder obtenido gracias a tu voto.
Actualmente la capacidad de gestión en los gobiernos regionales y locales es tan deplorable como se ha vuelto en el Gobierno Nacional y el Congreso de la República, debido a la burocratización, la corrupción, el clientelismo, el rentismo y la sobrepoblación de “asesores” ignorantes que pagan cupo a quienes sirven.
Vota por quien esté comprometido con el cambio de este estado maléfico de la cosa pública. Por quien esté decidido a cortar esta gangrena de raíz instituyendo una carrera pública meritocrática en su gobernación o alcaldía.
No votes atraído por la promesa del puentecito, ni por supuestas mega obras, o ataques a la delincuencia con el sueño de compras millonarias de miles de misiles, drones, tanques y patrulleros. No votes por quien participó en episodios de corrupción y criminalidad o quien la consintió con su silencio, su coartada o su no renuncia oportuna.
Vota por quien tenga vocación demostrada de lucha contra la corrupción, el crimen organizado, las mafias vinculadas al narcotráfico, el ‘club de la construcción’, el contrabando, la tala ilegal, la minería ilegal, la subvaluación, la colusión ilegal, el dumping, la competencia desleal.
En suma, este domingo 7 de octubre que se avecina, vota por mujer u hombre, pero ante todo que sea alguien DECENTE. Si es mujer en buena hora.