El gobierno japonés intervino para respaldar al yen por primera vez desde 1998, luego de que la moneda extendiera sus pérdidas a nuevos mínimos de 24 años, ya que la divergencia entre las políticas monetarias de Japón y EEUU se amplió aún más luego que la FED aumentara en 75 puntos básicos sus tasas de referencia.
El Banco de Japón mantuvo su tasa de interés clave a corto plazo en -0,1% y el gobernador Kuroda dijo que el banco central no subirá las tasas de interés durante algún tiempo. Todo lo contario pasa en EEUU, donde se anunció que seguirán los aumentos. El yen se fortaleció a 142 unidades por dólar, justo después de la intervención.