Todos los meses puntualmente el INEI, organismo responsable de la elaboración de las Cuentas Nacionales, publica los datos de la evolución del PBI y de la inflación. De igual manera, una vez al año el INEI publica las Cuentas Nacionales consolidadas tanto por el lado de la oferta (nivel de actividad económica sectorial) como por la demanda (consumo personal, consumo del gobierno, inversión, exportaciones e importaciones). Estas estimaciones se realizan tanto en valores nominales como en valores reales (descontando la inflación desde el 2007). La metodología del INEI es transparente, siguiendo las pautas fijadas por las Naciones Unidas. Estas cifras son utilizadas por el BCRP, con la única diferencia de que para descontar la inflación el BCRP utiliza el índice de precios al consumidor de Lima y no el índice nacional.
Sin embargo, el INEI también publica las cuentas nacionales con periodicidad trimestral y estas difieren de las cuentas que el BCRP elabora por su cuenta con metodología diferente. Hace seis años publicamos una entrega de Linterna de Popa en la que resaltábamos las preocupantes discrepancias en la elaboración de las cuentas trimestrales y su impacto en la toma de decisiones sobre política monetaria y fiscal. Lamentablemente estas discrepancias se han agravado y en esta entrega analizamos las implicancias de estas discrepancias sobre las decisiones que toman nuestras autoridades y los agentes económicos en general.
Las discrepancias se centran en la estimación de las exportaciones e importaciones reales y son producto de las diferentes metodologías utilizadas por ambas entidades para estimar la evolución de los precios de las exportaciones e importaciones, ya que a nivel de valores nominales no se aprecian mayores discrepancias.
En el Gráfico 1 se presenta la evolución trimestral de las exportaciones reales de bienes y servicios, estimada tanto por el BCRP como por el INEI, desde el primer trimestre de 2008 hasta el segundo trimestre de 2022. Se observa que, mientras que en el periodo 2013 – 2016 la estimación del BCRP fue superior a la del INEI, a partir de 2017 la estimación del BCRP es inferior a la estimación del INEI y la diferencia se ha incrementado en los últimos dos años. Para el INEI las exportaciones reales se encuentran en niveles similares a los de la prepandemia, mientras que para el BCRP las exportaciones reales aun no recuperan esos niveles.
Situación similar se da en el caso de las estimaciones de las importaciones reales de bienes y servicios que se presentan en el Gráfico 2. En este caso las estimaciones del INEI son siempre superiores a las estimaciones del BCRP. Según el INEI las importaciones reales en el segundo trimestre del 2022 se encuentran por encima de los niveles prepandemia mientras que para el BCRP el nivel es similar a los niveles prepandemia.
El efecto combinado de las discrepancias en las exportaciones e importaciones de bienes y servicios reales se aprecia en el estimado de la balanza en cuenta corriente real (exportaciones menos importaciones) que se presentan en el Gráfico 3, expresados en porcentaje del PBI, donde los resultados positivos (signo “+”) representan superávits y los negativos (signo “–“) son déficits. En este gráfico se observa que hasta el 2017 las discrepancias apuntaban en el mismo sentido (ambas instituciones estimaban déficits en cuenta corriente). Sin embargo a partir del año 2017 las discrepancias apuntan en sentido contrario, mientras que el BCRP estima superávits, el INEI estima déficits en cuenta corriente. Durante la pandemia las discrepancias se redujeron, pero a partir del 2021 han vuelto a resurgir con mayor intensidad. Para el BCRP, el último dato estimado (segundo trimestre de 2022) indica que la balanza en cuenta corriente es positiva (superávit) y que va en camino de recuperación. Para el INEI es todo lo contrario, los estimados para el segundo trimestre indican que los déficits de la balanza en cuenta corriente continúan elevados y bordean el 3% del PBI
¿Cuáles son las implicancias de estos dos puntos de vista? Para el BCRP, los superávits en cuenta corriente indican que el nivel del tipo de cambio es el apropiado. Por el contrario, las cifras del INEI expresan un deterioro del sector externo, reflejado en el déficit en cuenta corriente, lo cual apunta a la conveniencia de una depreciación de la moneda para corregir los desbalances existentes.
¿Cuál es el impacto de estas discrepancias en las cuentas nacionales? El mayor impacto se da en el estimado del consumo privado real. Ambas instituciones estiman el consumo privado real por diferencia entre el PBI real (estimado por el lado de la actividad económica) y la suma del consumo público, más la inversión bruta, más la balanza en cuenta corriente (CPRIV = PBI – CGOB – INV – EXP + IMP). Como las discrepancias en las estimaciones de ambas instituciones respecto al consumo del gobierno y la inversión bruta son mínimas y el estimado del PBI real es muy similar, la sobrestimación de la balanza en cuenta corriente por parte del BCRP se traduce en una subestimación del consumo privado en alrededor del 3% del PBI.
Una subestimación del consumo privado podría llevar a realizar un diagnóstico errado sobre la situación de la demanda y, por ende, inducir decisiones erróneas en la política monetaria. De igual manera un diagnóstico errado de la demanda interna podría llevar a tomar decisiones contraproducentes en materia de política fiscal y, en particular podría impulsar al gobierno a incrementar el gasto corriente o priorizar la inversión.
La responsabilidad oficial del estimado de las cuentas nacionales recae en el INEI. La existencia de un estimado diferente por otra institución del estado denota la presencia de serios problemas de coordinación al interior del gobierno. La coexistencia de dos estimados con serias discrepancias genera un problema en la formación de expectativas de los agentes económicos. Nuestras autoridades tienen la palabra.