Las políticas macroeconómicas sólidas beneficiaron a la economía paraguaya durante la última década. De 2009 a 2019, Paraguay creció más rápido, registró déficits fiscales más pequeños y se endeudó menos que sus países pares, incluso a un mayor dinamismo que los miembros de la Alianza del Pacífico. Lamentablemente, su presente no es muy bueno por el impacto de las sequias, la recesión, la elevada inflación y el hecho que sólo el 50% de la población está vacunada contra el Covid-19.
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