Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Alemania y otros países de la Unión Europea han estado negociando con Qatar para reemplazar el gas ruso por gas árabe, en un intento por desacoplar la matriz energética de Rusia y quitarle a Putin la posibilidad de extorsionar a Europa con una guerra económica.
Si bien Alemania y otros países europeos han podido negociar exitosamente un nuevo contrato de abastecimiento con Qatar, el gas qatarí tiene un precio significativamente más elevado que el gas ruso, ya que debe ser transportado a destino por barcos en estado de Gas Natural Licuado, mientras que el gas extraído en Rusia es por gasoductos a un costo de transporte nulo.