La inflación acumulada durante 2022 alcanzó el 94,8%, la mayor subida anual desde la hiperinflación de 1991. El IPC subió 5,1% en diciembre pasado pese a los esfuerzos del gobierno peronista por controlarlo, 0,2% puntos más que en noviembre. Al menos la meta de evitar una inflación de tres dígitos fue alcanzada.
El costo de mantener a raya el IPC ha sido una desaceleración del crecimiento económico. La actividad en octubre cayó 0,3% con respecto a septiembre. El buen arranque del año permitirá cerrar diciembre con una subida del PIB que rondará el 5%, pero que se espera cercana a cero en 2023. La cuestión de fondo es que Argentina no resuelve sus problemas estructurales.