El impacto de las lluvias e inundaciones en Perú, que han provocado la aparición de huaicos (aludes de tierra, agua y rocas), ha afectado alrededor del 12% de la superficie agrícola del país. Esto ha llevado a la pérdida de cultivos y ha generado preocupaciones sobre la seguridad alimentaria de la población.
El gobierno ha implementado diversas medidas para apoyar a los agricultores afectados, incluyendo la entrega de semillas y otros insumos agrícolas, así como la construcción de infraestructuras para mejorar el acceso al agua y reducir el impacto de futuras inundaciones. Sin embargo, el sector agrícola sigue siendo vulnerable a las condiciones climáticas extremas y se necesitan esfuerzos continuos para garantizar la seguridad alimentaria y el bienestar de la población.