El índice del dólar se ha estabilizado por encima de 102,5, alcanzando niveles máximos en más de un mes, luego de registrar un incremento del 1,4% la semana pasada. Los analistas atribuyen esta fortaleza a la creciente demanda de activos seguros debido a las incertidumbres económicas globales que han pesado sobre los activos de mayor riesgo. Además, la gobernadora de la Reserva Federal, Michell Bowman, ha señalado la posibilidad de un aumento adicional en las tasas de interés si la inflación continúa persistiendo, y datos recientes no han convencido de que las presiones de precios estén disminuyendo.
Por otro lado, los datos publicados por la Universidad de Michigan revelaron que la confianza del consumidor estadounidense ha caído a su nivel más bajo en seis meses en mayo, y las expectativas de inflación para los próximos cinco años alcanzaron su punto más alto desde 2011. Estos factores han reforzado la percepción de los inversores de que el dólar estadounidense es una opción segura en medio de la volatilidad y las preocupaciones económicas actuales.
La demanda de refugio seguro ha impulsado la fortaleza del dólar, ya que los inversores buscan protegerse ante la incertidumbre económica mundial. Las declaraciones de la gobernadora de la Reserva Federal y la disminución de la confianza del consumidor han reforzado las expectativas de un endurecimiento monetario y han contribuido a la apreciación del dólar. A medida que persisten las preocupaciones sobre la inflación y las turbulencias en los mercados financieros, es probable que el dólar siga siendo atractivo como refugio seguro en el corto plazo.