El Banco Popular de China (PBoC) ha decidido mantener sin cambios sus principales tasas de interés por noveno mes consecutivo en la fijación de mayo, en línea con las expectativas del mercado. La tasa preferencial de préstamo a un año (LPR), utilizada para préstamos corporativos y domésticos, se mantuvo en 3,65%, mientras que la tasa a cinco años, referente para las hipotecas, se mantuvo en 4,3%. Esta medida se produce después de que el banco central mantuviera estable su tasa de política monetaria a mediano plazo en 2,75% la semana pasada. En paralelo, el yuan ha experimentado un debilitamiento por debajo del umbral clave de 7 tanto en el comercio interno como en el extranjero, debido a los datos que indican un crecimiento más lento de la producción de fábricas, las ventas minoristas y la inversión en activos fijos en abril, en comparación con las proyecciones de los economistas. Además, la brecha de rendimiento entre los bonos del gobierno chino a 10 años y sus contrapartes estadounidenses ha alcanzado su nivel más amplio en dos meses.
El mantenimiento de las tasas de interés por parte del PBoC refleja su enfoque cauteloso en medio de la incertidumbre económica. La decisión de mantener las tasas estables es coherente con los esfuerzos del banco central para equilibrar el crecimiento económico y la estabilidad financiera. Al mantener las tasas de interés, el PBoC busca brindar un entorno de préstamos estable para impulsar la inversión y el consumo, a la vez que mantiene una política monetaria prudente para abordar posibles riesgos inflacionarios y mantener la estabilidad financiera. El debilitamiento del yuan, por otro lado, se debe a las preocupaciones sobre el crecimiento económico, ya que los indicadores económicos clave han mostrado un ritmo de crecimiento más lento en abril de lo esperado. Esta situación genera inquietudes sobre la demanda interna y externa, así como sobre la capacidad del país para mantener un crecimiento sostenido en medio de desafíos económicos y tensiones comerciales.
Además, la brecha de rendimiento entre los bonos del gobierno chino y los bonos estadounidenses ha alcanzado su nivel más amplio en dos meses. Esta diferencia de rendimiento refleja la preocupación de los inversionistas sobre la fortaleza relativa de las economías y los mercados financieros de ambos países. El aumento de la brecha indica una mayor demanda de bonos estadounidenses en comparación con los bonos chinos, lo que puede atribuirse a la percepción de un menor riesgo y una mayor estabilidad en los mercados estadounidenses. Este fenómeno puede tener implicaciones tanto para los flujos de capital como para las perspectivas de las políticas monetarias y fiscales de ambas naciones.