La economía de EEUU registró un crecimiento anualizado del 1,3% en el primer trimestre de 2023, superando ligeramente tanto la estimación anticipada del 1,1% como las previsiones del mercado. A pesar de la alta inflación persistente, el gasto de los consumidores experimentó un crecimiento más acelerado de lo esperado, alcanzando el 3,8 % en comparación con el 3,7% de la estimación preliminar. Este aumento del consumo ha sido un factor destacado en el impulso económico.
La inversión privada en inventario tuvo un impacto negativo en el PBI, restándole 2,1 puntos porcentuales (pp), aunque ligeramente menor que los 2,3 pp estimados inicialmente. Esta reducción en la inversión privada puede indicar una menor confianza de las empresas en la demanda futura y su intención de reducir el inventario existente. Por otro lado, se observaron revisiones al alza en la inversión fija no residencial, que creció un 1,4% en lugar del 0,7% estimado previamente, y en el gasto público, que mostró un aumento del 5,2% en lugar del 4,7%.
En contraste, la inversión fija residencial experimentó una contracción más pronunciada, con una disminución del 5,4 % en comparación con el 4,2 % estimado anteriormente. Esta caída puede indicar un debilitamiento en el sector inmobiliario y la construcción de viviendas. Sin embargo, la demanda exterior neta contribuyó positivamente al PIB, ya que las exportaciones superaron a las importaciones, lo que refleja una fortaleza relativa en el comercio internacional.