El presidente de México, Andrés López Obrador, ha promovido reformas en el sector petrolero del país. Estas han buscado aumentar la participación del Estado y revertir la política de permisos y contratos privados establecida por la reforma energética de 2013. Como resultado, ha habido una reducción significativa de la participación privada en el sector petrolero.
Estas políticas han generado una disminución abrupta en la inversión privada en el sector petrolero, con una caída del 17,8% en el año 2021 y proyecciones de hasta el 36% para 2022. Además, la producción petrolera de México se encuentra en mínimos históricos y no cumple con las metas de autosuficiencia energética establecidas por el gobierno.
Tanto el sector privado como la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) enfrentan dificultades debido a estas políticas. PEMEX no ha logrado cumplir con sus metas de producción y sufre una fuerte dependencia de las importaciones. Con la disminución de la participación del sector privado, el Estado enfrenta limitaciones para impulsar la producción y garantizar la autosuficiencia energética del país.