China ha experimentado una disminución en los precios al consumidor, registrando una caída del 0,3% interanual en julio. Esta es la primera vez que se observa una disminución desde febrero de 2021, y es una cifra más positiva que las estimaciones del mercado, que anticipaban una caída del 0,4%. Uno de los factores más notables en esta disminución ha sido el costo de los alimentos, que cayó un 1,7%, rompiendo con una tendencia de aumento que se había mantenido durante los 15 meses anteriores, impulsada en gran medida por una reducción en los precios de la carne de cerdo.
Al observar más de cerca los datos, se puede notar que los precios de los productos no alimentarios se mantuvieron estables, después de haber experimentado una caída del 0,6% anteriormente. Algunos sectores, como el de la ropa, la vivienda, la salud y la educación, vieron aumentos en sus precios, mientras que otros, como el transporte, continuaron experimentando descensos. La agencia de estadísticas de China ha señalado que, aunque esta caída en el IPC puede parecer significativa, es probable que sea un fenómeno temporal. Se espera que la inflación aumente gradualmente a medida que se disipe el impacto de una base alta establecida el año pasado.
A pesar de la disminución general en la inflación, los precios al consumidor subyacentes, que excluyen los precios de los alimentos y la energía, aumentaron un 0,8% interanual. Este es su nivel más alto desde enero, lo que indica que, aunque los alimentos y la energía pueden estar experimentando fluctuaciones, otros sectores están viendo aumentos más consistentes. Es esencial para los analistas y los inversores estar atentos a estas tendencias, ya que podrían tener implicaciones significativas para la economía china en el futuro cercano.