El crudo WTI ha experimentado una estabilización en sus precios, situándose alrededor de los US$ 90 por barril este martes. Este fenómeno se da en un contexto en el que los inversores están evaluando el ajuste de los suministros globales de petróleo y las preocupaciones sobre las políticas de tasas de interés de los principales bancos centrales. El petróleo ha sido objeto de atención debido a su incremento de precio, casi un 30% desde finales de junio, y las decisiones de los principales productores y exportadores, como los países de la OPEP+, han intensificado las tensiones y expectativas en los mercados globales.
Los grandes productores de la OPEP+, especialmente Arabia Saudita y Rusia, han ampliado los recortes de suministro hasta finales de año, avivando los temores de mayores déficits de mercado en el cuarto trimestre. Además, Rusia ha implementado una prohibición temporal de las exportaciones de combustible a la mayoría de los países con el objetivo de estabilizar su mercado interno. Paralelamente, la producción de petróleo de EEUU ha continuado su tendencia a la baja. Estos ajustes en los suministros y la producción están en el centro de las fluctuaciones de precios y las estrategias de inversión en el sector del petróleo.
Las señales agresivas de los bancos centrales, en su lucha contra una inflación persistentemente alta, han impactado significativamente los mercados de materias primas. Este escenario se complica aún más con advertencias como la de Moody’s, que señala que un cierre del gobierno estadounidense tendría repercusiones negativas en el crédito del país. El sentimiento del mercado y las decisiones de inversión están siendo influenciados por estos factores, y la evolución de las tensiones globales, las políticas de los bancos centrales y las condiciones de suministro seguirán siendo determinantes para el futuro del mercado del crudo WTI.