La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha destacado la resiliencia de la economía peruana ante turbulencias externas e internas, pero ha señalado que la actividad económica del país se ha debilitado en los últimos años y su convergencia con los países ricos se ha estancado. El informe de la OCDE se presenta en un contexto en el que Perú ha experimentado una rápida recuperación tras una fuerte recesión por la pandemia, pero actualmente enfrenta una ralentización debido a los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, disturbios sociales y condiciones climáticas adversas en el país.
La OCDE enfatiza la necesidad de diversificar las exportaciones y ascender en la cadena de valor, especialmente cuando China, un gran comprador global de materias primas, muestra signos de desaceleración económica. La dependencia de Perú de los precios del cobre y otros minerales es señalada como una fuente de vulnerabilidad, aunque se considera poco probable que los precios desciendan a largo plazo, dado que el cobre es un insumo clave para la transición energética mundial. Además, el informe resalta la importancia de mejorar la eficiencia del gasto y elevar los ingresos tributarios para satisfacer la creciente demanda de servicios sociales e infraestructuras en Perú, manteniendo la sostenibilidad fiscal.
La OCDE también aborda temas como la alta informalidad y la corrupción en Perú, factores que limitan la capacidad del gobierno para implementar políticas, recaudar impuestos y hacer cumplir leyes y regulaciones. La organización señala que, a pesar de contar con un próspero sector privado, la escasa competencia y el predominio de un pequeño número de grandes grupos empresariales son motivo de preocupación. En este contexto, Perú, junto a otros países, inició conversaciones en enero de 2022 para unirse a la OCDE, que actualmente cuenta con 38 miembros, como parte de su plan de adhesión al grupo y promoción de una economía competitiva y democrática.