El precio del oro se ha estabilizado en torno a los US$ 1.950 por onza este jueves, acercándose a su nivel más alto en 11 semanas. Este aumento se debe, en gran medida, al recrudecimiento del conflicto entre el ejército israelí y los militantes de Hamas, lo que ha llevado a los inversores a considerar al metal precioso como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre.
Las tensiones en Medio Oriente se intensificaron tras un trágico incidente en un hospital de la ciudad de Gaza, donde una explosión resultó en la muerte de cientos de palestinos. Este suceso ha exacerbado la ya volátil situación política en la región, aumentando las preocupaciones sobre la posible intervención de otras naciones. Paralelamente, en Estados Unidos, los inversores están pendientes del discurso que ofrecerá el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, con la esperanza de obtener claridad sobre la dirección futura de la política monetaria del país.
Los recientes datos económicos de EEUU, que han superado las expectativas, han fortalecido la perspectiva de que la Reserva Federal podría mantener las tasas de interés elevadas durante un período más extenso de lo previsto inicialmente. Como resultado, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años ha alcanzado máximos de 16 años, superando el 4,9%. Este aumento en los rendimientos ha limitado las ganancias del oro.
La situación en Medio Oriente y las decisiones de política monetaria en EEUU tienen un impacto directo en los mercados globales, en particular en el precio del oro. La combinación de conflictos geopolíticos y expectativas económicas puede generar volatilidad en los precios de los activos. Los inversores, al buscar refugio en el oro ante la incertidumbre, reflejan la naturaleza interconectada de los eventos globales y su influencia en los mercados financieros. Es esencial que los inversores estén atentos a las dinámicas cambiantes y ajusten sus estrategias en consecuencia.