La gastronomía: motor económico del crecimiento y la prosperidad.

La gastronomía desempeña un papel clave en el PBI de un país. Además de ser una industria generadora de empleo, tanto directo como indirecto, también impulsa el turismo y promueve la producción local. Los viajeros buscan experiencias culinarias auténticas, lo que aumenta la demanda de servicios turísticos y contribuye al crecimiento económico. Asimismo, los restaurantes y establecimientos gastronómicos favorecen la utilización de productos locales, lo que apoya a los agricultores y proveedores locales, fortaleciendo las cadenas de suministro y promoviendo el desarrollo económico en las comunidades rurales. Además, la gastronomía tiene un impacto en el comercio internacional. Los platos y productos gastronómicos autóctonos pueden convertirse en productos de exportación, generando ingresos y fortaleciendo la balanza comercial del país. Además, la gastronomía estimula la inversión y el emprendimiento al inspirar a nuevos emprendedores a ingresar al sector, creando restaurantes, servicios de catering y otros negocios relacionados. Esto estimula la competencia, la innovación y el desarrollo empresarial, impulsando así la economía y la creación de empleo.