En noviembre de 2023, el Perú experimentó una disminución significativa en su déficit fiscal, situándose en 2.7% del Producto Bruto Interno (PBI). Este resultado representa una reducción de 0.1 puntos porcentuales en comparación con el mes anterior y un incremento de 1 punto porcentual respecto a diciembre de 2022. Este cambio en el déficit fiscal del país se debe principalmente a un aumento en los ingresos corrientes y una reducción en el gasto no financiero del gobierno general.
Detalles Clave o Desarrollos Principales En el mes de noviembre, se registró un déficit de S/ 3,071 millones, lo cual es inferior al déficit de S/ 3,776 millones del mismo mes del año anterior. Los ingresos corrientes del gobierno general aumentaron un 7.9% interanual, impulsados por un incremento del 31.3% en los ingresos no tributarios y, en menor medida, por un aumento del 1% en los ingresos tributarios. Este aumento en los ingresos no tributarios se explica principalmente por un adelanto en la transferencia de utilidades del Banco de la Nación al Tesoro Público y por un mayor ingreso por regalías mineras. Aún así, la meta de déficit fiscal del gobierno para 2023 aún está lejos de cumplirse (2.4% del PBI)
Información Adicional Relevante o Perspectivas El aumento nominal de los ingresos tributarios refleja una mayor recaudación por el impuesto a la renta de personas naturales y jurídicas no domiciliadas, así como por el Impuesto Especial a la Minería (IEM). Por otro lado, el gasto no financiero del gobierno general disminuyó en 2.4%, debido principalmente al menor gasto en otros gastos de capital y en transferencias corrientes, aunque esto fue parcialmente compensado por un mayor gasto en remuneraciones y en bienes y servicios.
Análisis de las Implicancias de la Noticia La disminución del déficit fiscal en Perú es un indicador positivo de la gestión económica del país, reflejando un manejo fiscal prudente. La combinación de un aumento en los ingresos, tanto tributarios como no tributarios, y una reducción en ciertas categorías de gasto, muestra un esfuerzo por equilibrar las finanzas públicas. Esta mejora podría fortalecer la confianza de los inversores y las agencias de calificación crediticia, lo que es crucial en el contexto económico actual. Sin embargo, es importante monitorear continuamente estos indicadores para asegurar una gestión fiscal sostenible a largo plazo.