Ajuste fiscal: ¿qué gastos está recortando el gobierno?

A fines de septiembre el MEF mediante Decreto Supremo estableció medidas extraordinarias para limitar el gasto en lo que queda de este año. El objetivo es cumplir las metas fiscales previstas en el Marco Macroeconómico Multianual 2017 – 2019 (MMM) que establecen un déficit fiscal equivalente a 3% del PBI. En esta entrega analizamos los resultados logrados por el gobierno en su primer mes de ajuste.

Por el lado de  los ingresos no ha habido novedades (ver Gráfico 1). Los ingresos totales del sector público en soles corrientes están estancados desde principios del presente año como consecuencia de la falta de dinamismo de la economía y no se esperan novedades en este rubro hasta fin de año.  Este estancamiento, de los ingresos después de la significativa caída registrada en el 2015, debería hacer recapacitar al Ministro Thorne sobre la conveniencia de reducir el IGV en el 2017. En términos reales no  enfrentamos un estancamiento sino una caída en los ingresos, debido a la inflación registrada en el periodo.

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Por el lado del gasto hay buenas y malas noticias. La buena noticia es que, a pesar del estancamiento de los ingresos, el déficit fiscal, después de llegar a un pico en agosto, ha comenzado a ceder como consecuencia de los recortes ejecutados en el mes de octubre. La mala noticia es que los reajustes se han realizado más por el lado del gasto de capital que por el lado del gasto corriente. En el Gráfico 2 se observa claramente la caída significativa del gasto de capital en el mes de octubre mientras que la caída de los gastos corrientes es mínima.

El ajuste de los gastos de capital deberá ser más pronunciada en los dos últimos meses del año debido a que en el 2015 más del 60% de los gastos de capital fueron realizados en el último trimestre, especialmente en los meses de noviembre y diciembre. El mayor ajuste de los gastos de capital en relación a los ajustes del gasto corriente comprueba la rigidez de los gastos corrientes. Es más fácil parar o demorar la ejecución de proyectos de inversión que recortar personal o reducir sueldos.

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La reducción moderada de los gastos corrientes es consecuencia de la reducción de los gastos en bienes y servicios y no en remuneraciones. En el Gráfico 3 se observa que la reducción se ha concentrado en bienes y servicios. El rubro “remuneraciones” continúa en ascenso como consecuencia de los recientes aumentos de sueldos dados a la policía. El  aumento de este rubro debe continuar en lo que resta del año debido a que las gratificaciones de diciembre reflejan los aumentos realizados durante el año.

¿Qué se espera para lo que resta de este año? Más ajustes o demoras en el gasto de capital (proyectos de inversión) para poder cumplir con la meta de 3% del PBI en el déficit fiscal. Los ajustes realizados en octubre demuestran que si será posible lograr esta meta. El costo a pagar por este ajuste será un menor crecimiento del PBI en el 2017 como consecuencia del menor monto invertido este año.

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La gran incógnita es saber cómo va a actuar el gobierno el próximo año. El proyecto de presupuesto presentado al Congreso no contempla una reducción de los gastos corrientes pero si una reducción de impuestos. En este escenario, la reducción del déficit fiscal pasa por una reducción de la inversión pública con el consecuente impacto en la tasa de crecimiento del PBI, en el corto y mediano plazo. El ministro ha anunciado en varias oportunidades su compromiso con la reducción del déficit en los próximos años. Sin embargo sus declaraciones no guardan consistencia con el nivel de gastos corrientes contemplados en el presupuesto.

Se requiere una reprogramación inmediata de los programas asistenciales para convertirlos de programas con alto contenido de gasto corriente improductivo en programas de alto contenido de inversión para aumentar la productividad de los sectores más pobres. Una masificación de los programas Sierra Productiva, Sierra Exportadora y otros similares que se apliquen en todos los sectores y regiones del país sería la solución. No hay espacio fiscal para continuar con los programas asistencialistas y al mismo tiempo introducir programas masivos de incremento de la productividad. El ministro tiene la palabra.